¿Bill?

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-mucha belleza para ti ¿fray?-. Me había quedado embobado mirando a Tom...? Estaba sin camisa y ya no tenía la gorra que le tapaba parte del rostro, ahora enserio era perfecto entre lo perfecto.

Fruncí enseño y me enfrenté a su mirada -no me devolviste las llaves de la habitación después de irte-. Sonrió y se hizo a un lado en señal de que entrara a su dormitorio -so-solo vine por las llaves-.

-¿seguro? No creo que tengas otra mejor oportunidad de conocer mi dormitorio-. "¡claro! Porque conocer tu dormitorio es mi sueño de toda la vida" me trague mis palabras y entre. ¡Y si! En verdad era sorprendente, Pero me había imaginado un palacio, ridículo ya que eran apartamentos.

Entre con paso seguro -¡MIERDA! ¿¡¿que es eso!?!-. Señale el balcón por donde había pasado velozmente una mancha gigante. Miré a Tom quien tenía los ojos bien abiertos

-¡¡DIOS NO!! ¡Bill! CORRE! Es... Es!!!-. Mi corazón se aceleró -un perro-. Dijo entre carcajadas y seguido de eso sentí una mano pesada en mi espalda, caí de narices, escuche como mi cabeza rebotaba contra el piso, quede estático por el dolor.

-P-pero que...!?!-. Logre vocalizar aún en el suelo

-Uhh, lo siento, solo quería...-. Me cogió de los hombros y me ayudo a sentar -pensé que sería divertido asustarte, no sabia que tenias las piernas tan débiles-. Lo fulmine con la mirada, no podía creerlo, me dolía todo! -y... Que tenias tan malos reflejos! ¡Dios! Quien no pone las manos al caer?-.

-eres la persona mas idiota que he conocido-. Me lleve la mano a la cabeza, me iba a salir un chinchón del tamaño de una manzana. Parpadee varias veces y mire nuevamente hacia el balcón, en verdad había un perro.

-deja de chillar-. Dijo Tom pero apenas escuche sus palabras, mi mirada seguía paralizada en el perro... Era ¡gigante! Ni siquiera podía llamarse perro, esa cosa era un monstruo

-esta bien, tu ganas, te lo compensaré, ¿qué quieres?-.

Señale el balcón -¿enserio es un perro? -.

-no, es bill-. ¡Bien! Se paso! Ya es el como, sus chistes no daban gracia, que idiota mas grande!!! Le voltee la cara a Tom de una bofetada. Tom se descojonó a carcajadas y yo me puse rojo de ira.

-Bill...-. Se volvió a reír -Es el nombre del perro-. Me miro y me sacudió los pelos de la cabeza

-¿¡¿ le pusiste a un perro mi nombre!?!-.

-Pero si te acabo de conocer! El perro no tiene tu nombre, tu tienes el nombre de mi perro-. Lo mire frustrado, esto ya me estaba cansando, yo solo quería mis llaves, me valía un culo lo que le pasara a su perro...

-No puedes tener un perro aquí... ¿Como lo metiste? -.

-Entro caminando el solito, y si que puedo, solo no tienen que descubrirme-. Silencio, no tenía nada que decirle a eso. -Ya estamos a mano, yo te hice caer, tu me pegaste, ya no me siento culpable-.

-lo siento, pensé que...-. Suspire y volví a mirar a la bestia, en casa yo había trabajado como cuidador de perros, me encantaban, entre mas grande mas adorable me parecía aunque Bill era una montaña -puedo verlo?-.

-no lo se... Es muy enojon, creo que te arrancaría la mano apenas tenga oportunidad-. Dijo con total tranquilidad

-entonces, ¿porque cojones lo trajiste ?-. Tom me ayudo a levantarme, aun me dolía la cabeza, tanto drama por unas llaves. Maldito Tom... Me pones difícil hasta conseguir unas putas llaves.

-si lo dejo en casa, se deprimiría y moriría, ya es viejo y no quiero dejarlo solo-. Su actitud había cambiado totalmente, estaba triste y me hizo sentir culpable

-Tom-. Me regreso a mirar, no me había dado cuenta lo cerca que estábamos el uno del otro, su mirada triste había vuelto a ser cruel, tenía ojos de León, no podía dejar de mirarlos, me estaban derritiendo de calor, ¡maldita sea Tom! ...bésame... ¡Por dios! Bésame!!! ¿Que te cuesta dejar tu heterosexualidad un minuto? -.bésame...-. Bésame, bésame, bésame..... Ay, Mierda ¿Lo dije? NO, no, noooooo.

-¿que?-. Mi corazón se agitó, sus labios formaron una sonrisa, estaba a punto de burlarse de mi, lo había arruinado todo, me miraría con asco y luego vendría el acoso.

-¡NO! Yo no...-. No me dejo seguir, había algo entre mis labios... Sus labios, tan suaves, sabían mejor de lo que había soñado, mucho mejor...

Su boca se movía sobre la mía pero yo no actuaba, aun que quisiera no podía, estaba paralizado, mi estómago se revolvía, sentía mi cara hervir, no era mi primer beso, pero mi reacción parecía de un novato que no entendía el significado de uno.

Cuando se separó yo seguía igual de estático, con los párpados apretados y mis labios rígidos... Pero húmedos, muy húmedos.

-¿que pasa? ¿No te gusto? O es mucho para ti?-. Se rió

"Grrrruau Guau" ladro ruidosamente bill desde fuera del balcón lo que hizo que reaccionara. Ambos dirigimos miradas al perro y luego retrocedí lentamente -m-me voy -. Tom frunció enseño y me cogió del brazo.

-creí que querías conocer a bill, y olvidas tus llaves de nuevo-.

-N-no es necesario, ya lo mire y no te preocupes, no le diré a nadie... Ya me da-darás las llaves luego-. Tenía los labios temblorosos, estaba esforzándome por no sonreír, incluso me dolía los músculos alrrededor de mis labios al no sonreír en ese instante.

Tom se aferró mas a mi brazo y me jalo hacia el, dejándome unido a su cuerpo, sentí su brazo rodearme la cintura -¿te doy miedo?-.me dijo calmado, lo mire a los ojos "si! Me das miedo... Mucho miedo" y aun que mis pensamientos decían eso mis acciones hacían otra cosa.

Negué con la cabeza y le devolví el beso, lamió mis labios y abrí mi boca para que su lengua entrara, esta vez logre responder a sus movimientos, hasta que se hicieron más ágiles y mi lengua se volvió torpe comprado a la suya.

Juegos peligrososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora