Lover (Claemil)

Capítulo 26

Narra Emilia

—¡Vamos, tu puedes Nia!—le grito Clara, llevaban una hora jugando a luchas, Nia estaba sobre la espalda de Santiago tratando de ganarle a Eva que estaba sobre la espalda de Dani.

—¡Ganamos!—grito emocionada Eva mientras saltaba de nuevo a la piscina.

—¿Cómo ese cuerpo tan pequeño tiene tanta fuerza?—pregunte confundida viendo a Nia salir de la piscina, paso la toalla por su cuerpo para poder secarlo mientras reía al ver a Eva emocionada, mire hacia Selene que no le quitaba la mirada de encima a Nia mientras se secaba.

—Ahora vuelvo—hablo metiéndose a la casa siendo perseguida por Selene, sentí a Clara ponerse de pie y la detuve.

—¿Adónde crees que vas?—pregunte poniéndome frente a ella.

—Es obvio que Selene va detrás de ella, tenemos que hacer algo—suspire mirando hacia los chicos para que no sospecharan.

—Si, vamos hacer algo—ella asintió pasando por un lado mío para ir detrás de ellas pero la volví a detener y me miró confundida— lo que vamos hacer es esperar aquí para que después Nia nos cuente que pasó.

—Pero Emilia—la interrumpí tomándola de la mano y haciéndola caminar de nuevo a nuestro lugar.

Narra Nia

Tomé el último trago del jugo para después dejar el vaso en la mesa de la cocina.

—Hola—gire hacia la voz que llenaba el silencio de la cocina, mire a Selene que sonreía mientras estaba recargada en el desayunador.

—Hola—le respondí simple, pase por a lado de ella para ir hacia la piscina, pero me detuvo tomando mi brazo y girando me para estar entre ella y la mesa.

—¿Te vas tan rápido?—pregunto sonriendo coqueta, suspiré mirando detrás de ella.

—Si, mi novio me espera—ella sonrió de lado al escucharme.

—Golpe bajo—la mire confundida al escucharla, acercó sus dedos a mi mejilla y empezó a acariciarla— eres muy hermosa—cerre los ojos al sentir su toque tan delicado, sentí su respiración cerca de mi rostro y fue cuando salí del trance, abrí los ojos y la aleje de mi.

—¿Que crees que haces?—le pregunté enojada, pero estaba enojada conmigo por sentir lo que sentía.

—¿Cómo que, que hago?—me pregunto con una sonrisa de arrogancia— ¿No es obvio? Quiero besarte—negue al escucharla.

—Si crees que jugarás conmigo estás equivocada—ella empezó a negar cuando me escucho— yo no voy a caer en tu juego.

—No, estás confundida—me detuvo de nuevo cuando intenté irme— yo no quiero jugar contigo, me gustas, en serio me gustas—me reí con ironía.

—¿No has visto que tengo novio?—ella suspiro mirando al suelo— me gusta desde que tengo catorce años, he esperado dos años para ser su novia, ¿crees que lo dejaría por ti?—levanto la mirada y pude ver qué estaba dolida.

—Una cosa es gustar y otra muy distinta es estar enamorada—me empezó a explicar y volví a reír con ironía.

—¿Y que te crees? ¿Que estoy enamorada de ti?—ella negó ante mis palabras— ¿Entonces que?

—Lo digo porque estoy segura que no lo amas—la interrumpí de nuevo.

—¿Que eres? ¿Adivina?—me cruce de brazos— llevas una semana de conocernos y ya te crees que nos conoces de hace años.