Capítulo I

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Hola a todos los que han llegado a "El favor" una nueva aventura de MewGulf, antes que nada la decisión de publicar esta historia el día de hoy es para celebrar el cumpleaños de una querida amiga que me ha apoyado en todos mis proyectos. Frida HBD! (al estilo Type
Espero que este capítulo pueda atraparlos y sigan las historia hasta el final, son solo diez capítulos y como siempre, sin importar lo que pase, les prometo "happy ending". 

El favor
Por: Adriana Jongcheveevat

Capítulo I

Gulf Kanawut escuchó un fuerte golpe al otro lado de la pared, posiblemente se trataba de la papelera o cualquier otro artículo de oficina que por trágico destino se estampaba contra la pared del despacho contiguo.

Del otro lado se encontraba el propietario de la compañía, su estrafalario jefe, Mew Suppasit. Un atractivo hombre de veintinueve años que dominaba Tailandia con su cadena de hoteles y restaurantes que pensaba expandir por toda Asia y Europa. Lo que Gulf no entendía era el por qué su jefe estaba tan molesto que las cosas de su oficina terminaban destruidas contra la pared.

Mew era todo un casanova que gustaba de ir de fiesta cada fin de semana, era un sujeto divertido pero sumamente detestable cuando se trataba de molestar a Gulf, por eso la única relación que podían tener era la de jefe y empleado, aunque cuando Mew terminaba con alguna sus tantas relaciones, Gulf era el encargado de consolar a los chicos que su jefe botaba enviándoles algún obsequio caro y exclusivo para "aliviar" su dolor y dar gracias por su tiempo perdido, pensaba Gulf. Al principio había renegado de hacer eso pues no era parte de su trabajo y mucho menos estaba estipulado en su contrato, pero con el tiempo se volvió una actividad más que realizar y dejó de quejarse.

Gulf era un chico decidido y muy talentoso, se podría decir que él también tenía la capacidad de ser dueño de su propia empresa e independizarse de la compañía "Siam Kempinski" para la cual trabajaba desde hacía varios años. Pero él amaba su trabajo como diseñador de interiores y exteriores y para eso, no había nadie mejor en toda Tailandia que él, pues a pesar de ser muy joven, con apenas veinticinco años, era muy respetado por la calidad de su trabajo y por el exquisito gusto que tenía en cada una de sus creaciones, y por ese motivo no era de extrañar que la compañía de los Suppasit lo tuviera como diseñador exclusivo de su empresa.

Todos los empleados lo admiraban y respetaban al mismo nivel que del propio Mew, excepto el mismo Mew, que se la pasaba molestándolo con diversa clase de comentarios y bromas respecto a su forma de ser y muy recientemente relacionado con su novio Mark. Comentarios que él ignoraba o le contestaba de una manera irónica o graciosa que hacía que los demás empleados murieran de risa ante las constantes "peleas" de esos dos. 

Con paso firme, Gulf caminó directamente a la oficina de Mew para ver qué era lo que estaba ocurriendo, conocía a su jefe y sabía que era... un hombre un tanto especial y de carácter bipolar o quizás en ese instante ya había perdido la cabeza por completo. Cuando abrió la puerta, inmediatamente tuvo que esquivar el pisapapeles que iba directamente hacia  el lugar por donde había entrado.

- ¡Ten más cuidado, casi me matas! – gritó Gulf.

- Pues toca la puerta antes de entrar – le respondió Mew indicándole que no era su culpa.

- ¿Qué tal la comida? – preguntó el menor cambiando el tema para evitar una discusión.

- Puedo decir con toda seguridad que este se ha convertido en el peor día de mi vida – respondió el mayor con la cabeza escondida entre sus manos.

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