Capítulo IV

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Capítulo IV

La cena fue magnífica y no podía esperar al almuerzo previo a la boda. Él siempre había sido una persona que comía bastante bien, a veces abusaba de la comida, pero agradecía que su complexión seguía siendo delgada a pesar de comer mucho en varias ocasiones.

Muchos de los invitados ya se habían marchado pues solo los habían requerido para dar a conocer a la futura pareja en sociedad y no a la cena y mucho menos a la boda. Gulf pudo ver a su madre y a sus hermanos a lo lejos, pero éstos lo ignoraban y estaba seguro que su padre tenía que ver en eso. O al menos eso quería creer él. 

- Al parecer el general Traipipattanapong ha hablado con su familia para que te ignore – le comentó Mew al notar que su novio no dejaba de ver a la familia de aquel sujeto.

La voz de Mew sobresaltó de sobre manera a Gulf, éste quería evitar a toda costa que su jefe descubriera su pasado, no quería que le tuviera lástima y lo viera como poca cosa o como un cobarde.

- Eso parece – dijo aparentando que no le importaba.

- ¿Qué le has hecho para que te trate de esa manera? – preguntó Mew curioso.

- Nada, es solo que es un hombre terriblemente riguroso e inflexible y... – Gulf hizo una pausa antes de continuar – y bueno, a mí no me agradan las personas así – estuvo a punto de decir que él no había obedecido las reglas de su padre pero se detuvo a tiempo.

- Ahora dime Gulf - ¿Desde cuando conoces a mi futuro cuñado? –

- Desde que éramos niños – respondió.

- ¿Es tu viejo amor de infancia? – preguntó Mew con cierto aire de molestia que Gulf no pudo notar.

- ¿Mild? Para nada, solo nos queríamos como hermanos – dijo divertido ante la pregunta de Mew.

- Te creo, después de todo no parece el tipo de hombres que te guste – afirmó con seguridad.

- ¿Y cómo sabes el tipo de hombre que me gusta? –

- Bueno, solo lo supuse –

Gulf volteó a donde se encontraba Mild con la hermana de Mew y en el rostro de su hermano pudo notar que no había rastro de alegría o felicidad como se esperaría de un hombre que está a punto de casarse, parecía como si lo estuvieran obligando a unir su vida con aquella mujer. Tan solo deseaba que su hermano fuera feliz y que fuera por voluntad propia ese casamiento.

- Mew, ¿Sabes cómo conoció tu hermana a Mild? –

- No, no tengo idea ¿Por qué? –

- Por nada, solo era curiosidad – dijo el menor.

- Espero que no pienses robarle el novio a mi hermana, tú ya me tienes a mí – advirtió el mayor con seriedad.

- Por favor Mew, no bromees – sonrió divertido.

- Tengo que decirte que sigo sorprendido por como trataste a mi madrastra, la dejaste helada – de pronto Mew cambió el tema y Gulf lo agradeció.

- Eso era para demostrarte que sé hacer bien mi trabajo – sonrió con satisfacción.

- Eso ya lo sabía – afirmó el mayor – gracias Gulf –

- No tienes que agradecer Mew, me sentí muy bien al quitártela de encima, esa mujer no me agradó nada –

- Y tú tampoco le caíste bien –

- Me da igual – Gulf encogió los hombros y le dio un trago a su bebida.

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