Capítulo III
Llegaron muy tarde a la capital de la moda y del amor pero aun así pudieron apreciar la puesta de sol bañando la icónica torre Eiffel. Era una lástima que no tuvieran tiempo para hacer turismo en la zona, pensó Gulf; la familia de Mew había enviado una limusina muy elegante por ellos, a Gulf no le sorprendió pues su jefe era sumamente rico.
- Esto es muy lujoso Mew – dijo el menor al ver los asientos de piel y los tres computadores portátiles que estaban en el interior del pomposo vehículo.
- Bueno, a mi madre le encantan las comodidades –
- Con esto puede alimentar fácilmente a una escuela de bajos recursos en Tailandia ¿Qué no lo sabe? –
- A mí madre no le preocupan esas cosas – dijo el mayor – solo le interesa su comodidad y placer –
- Me la describes como si fuera un mounstro, sin embargo ¿Por qué te molestas tanto por ella? – preguntó Gulf.
- Sencillo, ella es mi madre – respondió con esas sonrisas que usaba para conquistar a alguien.
- Pues déjame decirte que eres el mentiroso número uno de todo el mundo –
- ¿A qué te refieres Gulf? –
- Dices que tu familia es un desastre, y que solo quieres a tu abuelo, pero lo que tratas de hacer es ganar la confianza de tu padre y acerca de tu madre estoy seguro que la adoras ¿Acaso me equivoco? –
- Tú cariño, eres algo más que una cara bonita y un cuerpo de infarto ¿Verdad? – Gulf sintió que la sangre se aglutinaba en sus mejillas pero no se quedó callado.
- Te recuerdo que he llegado a donde estoy gracias a mi capacidad y mi cerebro – quiso aparentar molestia pero el comentario de Mew había logrado descolocarlo.
- Y eso es bueno, pero hay que reconocer que los chicos guapos y con cerebro escasean –
- Tú eres el experto en eso, yo no salgo con toda Tailandia -
- Ni yo – negó con una sonrisa pícara – solo con los mejores –
- Eres incorregible –
No faltaba mucho para llegar a su destino y Gulf comenzaba a sentirse nervioso. Trataba de tranquilizarse con el pensamiento de que solo estarían el fin de semana ahí. Después de eso, todo volvería a la normalidad y se tomaría algunos días de descanso para no tener que ver la cara de su jefe por mucho tiempo.
Pero los nervios volvían a él cuando recordaba que el asunto por el cual había decidido ayudar a Mew era familiar, y a él no se le daba muy bien las cosas de familia porque su padre era un hombre muy estricto y eso de querer ser libre le había costado muy caro. Aún estaba pagando por ello.
Gulf quedó estupefacto ante lo que sus ojos veían, el coche entró a una carretera mucho mejor y más cuidada que las autopistas de Francia por las que habían transitado minutos atrás, rodeada de una especie de bosque donde no muy a lo lejos se podría apreciar la famosísima torre Eiffel. Toda la vista era espectacular, el pasto verde perfectamente cortado, los árboles podados con simetría casi imposible de creer y la tranquilidad que emanaba ese lugar lo hacía sencillamente perfecto.
Al llegar la entrada principal de la mansión se sorprendió mucho más, era más hermosa y más grande de lo que se había podido imaginar, no podía con exactitud calcular la cantidad de personas que cabían en ese lugar, ni cuántas habitaciones podía llegar a tener, pero estaba claro que aquello no era una mansión sino un palacio.
- Es muy bonita Mew – dijo Gulf a sabiendas que ese adjetivo se quedaba corto para describir el fascinante edificio.
- ¿De verdad te gustó cariño? – preguntó mientras ambos bajaban del carro.

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El favor
RomanceMewGulf Un favor es un acto que se realiza para ayudar, complacer o prestar un servicio a una persona por amabilidad, amistad o afecto... y algunas veces por coacción o intimidación, como es el caso de Gulf Kanawut que se ve "obligado" a hacerle un...