El favor

Capítulo VI

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Capítulo VI

Gulf se despertó con una sensación placentera que no había sentido en mucho tiempo, por lo que no pudo evitar un largo y profundo suspiro. Frotó su mejilla contra la almohada y cuando lo hizo pudo notar que no era una almohada común y corriente, entrecerró los ojos y levantó un poco su cabeza solo para notar que era el pecho de un hombre, y no cualquier hombre, se trataba el pecho desnudo y bien formado de Mew Suppasit.

Se tensó y abrió completamente los ojos con mucha sorpresa, después fue recordando poco a poco lo que había pasado la noche anterior, sin embargo, lo que no lo lograba entender era por qué Mew seguía en su cama y sobre todo qué hacía él prácticamente encima de su jefe. 

Y aunque estaba confundido, Gulf no pudo evitar apreciar el cuerpo de Mew, el cual no poseía ni un gramo de grasa, todo estaba perfecto, hasta su hermosa piel, esa piel blanca y aparentemente suave. Los ojos del menor se guiaron solos, recorriendo las piernas, sus muslos y su bien formado abdomen; se preguntó que se sentiría tocar la piel con apariencia aterciopelada de Mew, seguro que sería una sensación celestial.

Después de mucho dudar, tocó con delicadeza el pecho de Mew, y confirmó que no se había equivocado pues a pesar de tener la apariencia completamente masculina era increíblemente suave, y al contacto con esa piel Gulf sintió un escalofrío, su cuerpo comenzaba a calentarse y sus mejillas se teñían de color rojo. Esta demás decir que no estaba pensando con claridad, solo se había dejado llevar por el instinto de tener aquel cuerpo aparentemente a su merced. 

No se había percatado que la respiración del hombre que yacía supuestamente dormido era más rápida de lo normal, y temiendo lo peor levantó su vista al rostro del mayor para encontrarse con la mirada coqueta y sensual del joven empresario.

Cuando sus ojos chocaron, Gulf supo que deseaba a Mew, pero no estaba dispuesto a convertirse en un chico más de su interminable lista de conquistas, no podía dejarse llevar solo por la pasión como lo había hecho con San, tendría sexo con y por amor. No por lujuria. Pero Gulf no conocía los planes de Mew, pues éste enredó sus largos y finos dedos en su cabello y lo acercó a sí mismo hasta que sus bocas quedaron unidas.

El beso era de una intensidad enloquecedora, parecía como si ambos quisiesen devorarse con esa caliente caricia, era un contacto que hacía que sus cuerpos respondieran a la estimulante acción, se movían sincronizados y al ritmo que demandaba el beso.

- Oh... Mew – gimió sin tapujos mientras que el mayor dejaba su boca y se trasladaba a la parte más sensible de su anatomía, su cuello.

Gulf estaba atrapado en un mar de placer del cual estaba consciente debía salir pero a la vez no quería dejar de sentir tan gratas sensaciones que lo hacían sentir completo.

Por desgracia aquella ardiente situación no pudo avanzar más porque alguien llamó a la puerta y ambos se quedaron quietos al mismo tiempo, se miraron a los ojos y supieron que debían de hablar acerca de lo que estaba pasando entre ellos, pero ese no el momento para hacerlo.

- Yo iré a abrir – dijo Gulf corriendo hacia la puerta y antes de abrirla dirigió su vista a la cama y notó que su novio ya no estaba. Seguramente se había metido al baño, pensó Gulf. Al abrir la puerta se dio cuenta de que era su hermana menor Poom.

- ¡Poom! – gritó Gulf al verla y abrazó a la chica con cariño – me da mucho gusto verte hermana, te he echado tanto de menos, también a Mild y a mamá – Gulf notó que su hermana no decía nada y temió lo peor, pensaba que quizás su hermana había ido a decirle que no los molestara más – lo lamento, quizás también quieres que me aleje de ti –