¿Do you think he's in love with you? [Emiliaco]

Capítulo 10

Lo siguiente que paso ya se lo imaginarán.

Es una mezcla de deseo, necesidad, amor, consumación.

No se explicar desde que momento Joaquín Bondoni jugó con mi cabeza, no se en que momento me quede en su planeta. Pero joder, siempre supe que terminaríamos juntos por que si no ¿que sentido tiene haber coincidido hasta el día de hoy? Siempre hay un propósito y hoy aquí en su recámara, apuntó de dar un gran paso lo he comprobado.

Joaquín Bondoni es mi destino.

Nuestras respiraciones están demasiado agitadas que tengo miedo, miedo por que todo esto que siento me está consumiendo, miedo por que quiero más, quiero ir más allá y no se si él esté dispuesto para eso.

Me mira para que prosiga, se encuentra debajo de mi, esperando a que le quite la ropa como en las películas románticas, y yo lo que menos quiero en estos momentos es serlo, quiero tomarlo, poseerlo y hacerle saber de alguna manera que aquí estoy que no me iré, ya no más, que es nuestro momento.

—¿Qué tanto me miras? —cuestiona mientras una sonrisa se le escapa de los labios, no me aguanto y la beso, siempre quise hacer eso cada que sonreía cerca mio.

—No puedo creerlo, estoy tratando de asimilar que vamos a hacer el amor después de jugar un buen tiempo al gato y al ratón.

—Quiero pedirte disculpas sobre eso Emi, no debí.

—No te preocupes, ya es pasado. De todos modos jamás me iba a dar por vencido.

Y era cierto, yo por el lucharía contra lo que sea con tal de que estuviera conmigo.

—¿Y entonces? —su pregunta me saca un poco de contexto, pero noto sus mejillas las cuales han tomado un color carmín y sonrió, que ansioso.

—¿Quieres hacerlo?

—Claro que si.

Me tenso, por que ni siquiera he tendió relaciones sexuales con alguien, no tengo experiencia pero parece notarlo.

—Yo tampoco tengo experiencia —susurra tan bajito que hace que mi piel se erize.

—Entonces, tendremos que hacerlo juntos.

Ambos nos miramos y sonreímos, por que es todo lo que necesitamos, no hay palabras.

Dirigo mis manos a su ropa y comienzo a quitarle prenda por prenda, su pecho no deja de subir y bajar, esta demasiado nervioso pero no más que yo.

—Tranquilo —susurró cerca de sus labios, llevo un mechón de su cabello detrás de su oreja.

—Te necesito —la forma en que lo dijo hizo que un sonrojo se colara en mis mejillas.

Ambos estábamos desnudos ahora.

Joaquín tomó mi cara entre sus manos y me beso, el beso fue directo a mi corazón, y luego bajó, haciendo que mi pene hinchado palpitase.
Esta fue una idea increíblemente buena. Claro, había tenido algunos pensamientos traviesos acerca de Joaquín, pero nunca me había sentido tan cerca de tenerlo. Tenía un sabor tan bueno, y era un buen besador.

Me acercó a Joaquín lentamente mientras profundizó el beso. Un leve gruñido escapó de sus labios, comenzó a jugar con su boca en la mia y ahora él no era el único que hacía sonidos extraños, mientras Joaquín separaba sus labios, dejando que su lengua aterciopelada se arrastrara sobre la mía deje caer mis manos a su pequeña espalda  y lo sostuve con rapidez.

Ambos moviamos nuestras caderas ahora, más rápido, balanceándose desesperadamente el uno contra el otro mientras su respiración se deshacía.

—Entonces, ¿qué es exactamente lo que vas a hacer conmigo? —cuestionó Joaquín, aún nervioso.