CONFÍA EN MÍ

PUENTE

Aria Keller

—Cuantas veces te lo tengo que repetir. No quiero comprar ese intento de ropa interior.

Digo quejandom por décima ves con mi mejor amiga. Ella esta empeñada en que compre una ropa interior muy sexy, pero me niego.

Ella pone cara de cachorro abandonado.

—Bonnie. Por favor.

Chasqueo mi lengua. —Nadie la va a ver.

Me quejo mientras pongo él sostén de encaje en su lugar. Pero Kellie vuelve a tomarlo y lo coloca en mis pechos midiéndolos. Estoy más que segura que a esta chica le hace falta unos cuantos tornillos.

—La graduación se acerca. Es tu momento para decirle a Ethan que tome tu virginidad.

Casi me atraganto con mi saliva. —¿Estas loca? Sabes muy bien que nosotros somos mejores amigos.

—El no te ve como solo su amiga. Te quiero Aria, pero tu eres muy ingenua.

Mi mejillas toman un color rojo. Y mi mejor amiga chilla resiviendo varias miradas desaprobatorias de algunas mujeres que están comprando.

—Te estas haciendo ideas Kellie.

Murmuró sintiéndome nerviosa por él tema. ¿Desde cuando me pongo nerviosa por pensar en Ethan?

—No lo puedo creer. Mis dos mejores amigas serán novios.

—Oye no te vayas tan lejos.

Ella me ignora y continúa hablando. Le tiro una tanga de encaje y le cae en la boca. Comienza a reir como loca cuando veo su expresión.

—Aria y Ethan se van a casar.

Dice cantando. —Y si Kellie no se calla la voy a matar.

Ella me mira indignada. —No sobrevivirías sin mí.

—¿Me quieres poner aprueba?

Digo retandola con la mirada. Ella me lanza un sostén.

Decido comprar el conjunto sexy solo para complacer a mi mejor amiga. Nos detenemos enfrente del centro comercial y ella llama a su novio. Ya que ninguna aún no ah sacado la licencia.

Subo en la parte trasera y me acomodó. Luego de torturar mis oidos con música de los 50's llegamos a la casa. Y J decide quedarse a almorzar. A pesar de que son alrededor de las tres de la tarde.

—¿Que vamos a preparar?

Dejo las bolsas encima de la mesa. Voy a la cocina y abro el refrigerador. Lo examino por varios segundos, ya habíamos echo las compras semanales asique había una gran variedad de comida.

—¿Pizza?

J asiente y ambos empezamos a sacar lo que necesitamos.

—¿Que vamos a cocinar?

Pregunta Kellie entrando a la cocina. J y yo compartimos una mirada y negamos.

—Tu esperarás en la sala. Eres mala cocinando.

La última vez que ella intento cocinar algo término dañando el horno. No dice nada y sale de la cocina.

Luego de treinta minutos ya teniamos una deliciosa pizza echa. La sacamos del horno y la llevamos a la mesa.

Nos sentamos los tres y empezamos a platicar de temas triviales.

—Entonces cerebro con patas, ¿No hay ningún pretendiente?

Miro rápidamente a Kellie para que no se atreva a abrir la boca. Una sonrisa siniestra aparece en su rostro.

—Si, a Boonie le gusta...