Prologo.

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¡Hola mis bonitos lectores!, Yo iba a sacar esta historia después pero mi forma de lidiar con el estrés universitario es escribiendo compulsivamente, así que perdón.

Estaba muy insegura de sacarla, pero esta maravillosa personita marenaral  apoyo la idea antes de saber de su existencia. Muchas gracias, de verdad, cosas así significan un mundo para mí.

En fin, esta historia tendrá el triangulo amoroso entre Akihiko, Ugestu y Haru como principal, y MafuYama de segundaría.

¡Muchas gracias por leer!

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Yo no creía en el ahora. Yo creía en el ayer.

Ugetsu Murata era una persona hermosa. Él era como un ave cuyas alas se encontraban heridas, frágil y vulnerable, él trataba de volar alto mientras plumas y pétalos se perdían. Él era como terminar una carrera en un día de verano para profesarse en segundo lugar, él era como esos amargos restos que quedaban dentro de la taza de café. Él venía a mí en pedazos para pedirme que lo arreglara, y yo le entregaba la mitad de los míos para que esto funcionara. Llevábamos tantos años en esta relación que ya no recordaba donde yo empezaba y él terminaba. Ser lo mismo ya no nos importaba.

"Aki, deberíamos romper" Amarlo era destructivamente maravilloso. El dolor era la adicción de esta relación.

"Aki, ¿No me quieres besar?" Era un ciclo de autodestrucción en el que ambos estábamos atrapados.

Lo hería, él me hería más fuerte, le gritaba, él lloraba. Un portazo. Una discusión. Nada. Terminaba para volver, volvía para romper. No teníamos nombre, no sabíamos si era especial, compartíamos cama y piel, las heridas ya habían sido escritas, yo lo abrazaba mientras él me apuñalaba, él me besaba mientras yo lo envenenaba, ¿Pero acaso no todos vivían de la misma manera? El amor era egoísta y cruel. Las personas caminaban con el corazón desnudo sedientas de alguien que completara sus fragmentos, tenía fecha de caducidad y se reemplazaba. Algunos lo vendían, otros lo compraban, nosotros lo componíamos entre melodías y letras. Entre pies desnudos dentro de las sabanas y cigarrillos baratos.

"¿De verdad vas a ir a esa escuela?" Sus brazos me rodearon el cuello mientras me terminaba de acomodar la corbata, tenía un nudo entre la garganta y sus palabras, su sonrisa fue larga y suave "Podrías quedarte conmigo un poco más" Su invitación atrevida. Cautivadora.

"No piden tanta experiencia profesional para este cargo, es una buena oportunidad" Sus dedos se deslizaron sobre mis hombros, sus ojos fueron seductores del otro lado del espejo, su tacto sofocante. Aterciopelado.

"Te ves guapo, Aki" Su voz acarició mi rosto, caliente y repleta de cafeína "Siempre puedes vivir gratis en este lugar" Las paredes del cuarto eran frías y herméticas, una gran cama deshecha se encontraba al medio de la habitación, una de mis camisas era lo único que cubría aquel delicado y delgado cuerpo. Ugetsu era tan hermoso que resultaba cruel de admirar.

"Me vas a seguir molestando si sigo gratis acá" Él sonrió, encogiéndose de hombros antes de darme la espalda.

"Me conoces bien" Él tenía un marca de beso encima de su clavícula. No se la había hecho yo.

"Debo hacerlo para sobrevivir contigo" Yo tenía un par de rasguños en la espalda. No me los había hecho él. Él se dejó caer sobre la cama, una de sus piernas se posó sobre la otra, la imagen fue coqueta y tentadora, los primeros dos botones de aquella prenda se encontraban abiertos. Tenía el corazón latiendo con una imprudencia que me mataría y un ayer repleto de mentiras.

"¿Puedes comprar algo para comer cuando regreses? No tengo muchas ganas de cocinar, siempre quedo agotado luego de las giras" El talento y las emociones de este hombre eran abrumadoras.

Primavera de ayer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora