La casa de verano

capítulo 5: hojas blancas.

Domingo.

Sangre.

Demasiada sangre.

Un hombre con arma en mano.

¿Qué es todo esto?

Un disparo.

Mucha más sangre.

Un grito desesperado.

Ojos color miel rodeados de lágrimas.

¿Me observan a mí?

3:00 am

Abrí los ojos de par en par.

Aquel sueño me había dejado perpleja, estaba segura de que todo lo sucedido ayer me estaba afectando más de lo que pensaba.

Mis ojos pesaban como nunca antes lo habían hecho, me los restregué un poco. Mire a mi izquierda para terminar observando la cama vacía ¿Dónde está mamá? Me levanté por completo de la cama para dirigirme al precioso baño que está dentro de la habitación de mis padres, así podría lavarme la cara.

La baja temperatura del agua que golpeaba mi rostro me llenaba de tranquilidad, al terminar me apoye en el lavabo con la cabeza gacha.

¿Por qué ésta casa me está afectando más de lo normal?

¿Son cosas psicológicas como afirma la gente?

La verdad es que no creo estar loca, ¿o sí?

Mi cabeza palpita, llevo mis manos a ésta y la aprieto fuertemente. Ya no se ni que pensar con respecto a este tema. Tengo que encontrar la manera de distraerme un poco de todo este asunto.

Vi un rápido reflejo en el espejo y me tensé por un momento pero logre girarme, en el suelo se encontraba una pequeña hoja de papel blanco, fruncí el entrecejo. Me acerqué lentamente a éste pero cuando estuve a punto de tomarlo divisé otra hoja igual, y luego otra, y otra, y así todo un camino de pequeños trozos de papel que se dirigían a la salida de la habitación.

Enderecé mi cuerpo y comencé a caminar en dirección a la puerta, no pisaba las hojas, pero no podía parar de observarlas, cuando miré hacia el frente ya estaba fuera de la habitación, el camino seguía escaleras arriba.

Hacia el tercer piso.

No lo pensé mucho, simplemente subí las escaleras. Todo estaba oscuro pero no me importó, al llegar al siguiente piso noté como cada vello de mi cuerpo se erizaba, el camino de papeles pasaba por debajo de la puerta situada a mi lado izquierdo, aquella extraña puerta color blanco. Levante la mirada hacia una de las ventanas que se encontraban al final del pasillo, fuera de la casa todo seguía sumido en una mortal oscuridad, pero lo que realmente llamó mi atención fue la reacción espejo que se creó en la ventana, donde podía observarme a mí misma, pero del mismo modo, podía ver la silueta de una persona varios metros más alta que yo, justo detrás de mí.

No sé de donde saqué la fuerza de voluntad pero volteé a una rapidez increíble. Sin embargo, apenas pude ver a la figura misteriosa debido a que un grito causó un inimaginable dolor en mis oídos provocando un pitido agudo en ellos, la imagen estaba borrosa y el dolor de cabeza aumentó de forma extrema. Di unos pasos hacia atrás pero tropecé con algo, giré lentamente encontrándome a un sujeto observándome severamente, su aspecto lucía demacrado y en su abdomen yacía una enorme mancha color carmín, me aleje de él aferrando mi espalda a la pared mientras cerraba mis ojos tan fuerte que dolía.

Los abrí de golpe.

Todo estaba blanco.

Espera, ¿eso es una lámpara?