DEMON | Jasper Hale

Cap 5. AUGURY.

DEMON| CAPÍTULO CINCO

Augurio

Se lo que se necesita para engañar a esta ciudad, lo haré hasta que el sol se pone y durante toda la noche.— Sia; Unstoppable. 

— ¿Y a esta que le pasa?— Preguntó en voz alta viendo como Bella Swan se alejaba del establecimiento hecha una furia. Demon a su lado, hizo una mueca, con una posible idea sobre lo que le ocurría a la castaña. 

Hace poco más de una hora, en la última clase del día, la de Biología, Bella Swan había sido designada como compañera de Edward Cullen, mientras que Demon y Christopher hacían grupo juntos. Tanto Bella como Demon se habían dado cuenta de la actitud desagradable que el de ojos dorados mantenía con la humana. En un principio, Demon creyó que se trataba de algo normal en el vampiro al encontrarse tan cerca de la sangre humana, sin embargo, cuando Edward fue el primero en abandonar el aula como loco, entendió que era más personal de queb que creía. 

— Humanos.— Rezongó, haciendo que Demon soltara una risa. 

Ambos salieron de la secretaría con una mueca en sus rostros, a sus espaldas, el director les sonreía mientras que susurraba lo generoso que había sido el Señor Morningstar.  

— Odio a Lucifer.— Refunfuñó entre dientes, mientras ambos caminaban hasta su Toyota. 

— Créeme, entiendo lo que sientes.— Rebatió ella mientras quitaba la alarma al automóvil.

— Oye, ¡Demon!— La pelirroja giró su vista hacia detrás suyo, allí, una rubia junto a su esposo, caminaban hacia la ojiverde. 

— Si vienes a proponerme una cita, te aviso que no me involucro con gente casada.— Rosalie rodó los ojos y Emmett a su lado, soltó una grabe carcajada que hizo contagiar al pelirrojo a un lado de Demon. 

— No me van las teñidas. 

— ¡Oye, soy pelirroja natural!— Chilló con indignación mientras que movía su voluminoso cabello hacia los lados. Fue el turno de Rosalie de reir. 

— Emmett Cullen.— Christopher observó impresionado como el vampiro acercaba su mano hacia él en forma de saludo.

— Jarden, Christopher Jarden.— A pesar de el innegable aroma a lobo que el pelirrojo desprendía, este era mucho menos desagradables que el de la manada en Forks, por lo cual no debieron reprimir ningún mueca de asco l estar frente al Hombre Lobo. Rosalie misma había admitido que le parecía algo simpático. 

— Rosalie Hale.— Con una de sus características sonrisas amigables, Christopher estrechó la mano de la vampiresa.

— Un placer. 

— Bien, vine a invitarlos a ambos a cenar en mi casa hoy en la noche, ¿Qué dicen? 

Christopher y Demon compartieron una mirada, se suponía que esa noche rastrearían el aura de la bruja. 

— Claro.— Aceptó el Hombre Lobo con una sonrisa. A su lado, Demon lo observó interrogante. 

— Perfecto, te avisaré la hora y la dirección por mensaje de texto Demon.— Anunció con una gran sonrisa la rubia.— Hasta la noche.