¿Amor o capricho?

Capítulo II

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Una Mentira
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Sentía que las vacaciones habían empezado ayer pero la triste realidad es que ya estaban muy cerca de terminar, quería aprovechar al máximo el poco tiempo que quedaba así que iba a cada una de las fiestas donde era invitado sin importar quien fuera el anfitrión.

Justo ahora me encontraba preparandome para una de ellas, un atuendo casual y un poco de perfume eran suficientes para mí, al sentirme satisfecho me dirigí a la puerta principal de mi casa para poder ir de una buena vez a divertirme pero tenía que aparecer mi padre para arruinarlo todo.

—¿A dónde crees que vas? —preguntó molesto.

—Voy a pasarla bien un rato —respondí riendo.

Noté claramente que mi padre se molestó pues no le gustaba que ría cuando hablábamos, ya me lo había advertido antes.

—No vas a ningún lado, mañana hay un evento muy importante en la universidad y debes estar presente.

—¿Evento? Bueno no hay problema, eso es mañana y la fiesta es hoy —intentaba convencerlo de dejarme ir.

Él solo se limitó a mirarme con esa expresión que significaba que no volvería a repetir lo que dijo, que debía obedecer en silencio.

—¿Al menos podrías decirme de que trata ese grandioso evento? —cuestioné con sarcasmo.

—Mañana es la ceremonia de reapertura de mi universidad y no voy a permitir que te presentes con un mal semblante por culpa de esa fiesta innecesaria.

Me quedé callado, quería pensar que se preocupaba por lo que los demás puedan pensar de mí pero por un instante olvidé que mi padre es la persona más egocéntrica que existe en este planeta.

—Bien señor, como usted diga —dije desafiante.

Sin mas que decir dio la vuelta y se fue a su habitación, yo sin remedio tuve que hacer lo mismo. Caminé con pereza hasta llegar a mi destino, me senté al borde de mi cama y me puse a pensar en lo que dijo mi padre, mañana es el día que he estado esperando por semanas y tan solo por esa razón decidí obedecerle.

—Les recomendaría a esas chicas nuevas que no aparezcan mañana en la ceremonia pero que lástima que no puedo hacer tal cosa —hablaba maliciosamente.

Me quité la camisa, los zapatos y me recosté pensando en las tantas cosas que podrían pasar, por alguna razón sentía que mañana sería un día especial, tenía un buen presentimiento.

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Desperté muy tarde y vi que no había nadie en casa así que decidí salir junto a mi chofer a buscar algún traje que pueda usar esta noche.

Entré en la tienda que me pareció más elegante, no tardé mucho en elegir un traje pues ya tenía una idea de lo que quería también tuve suerte y el primer smoking que me probé me entalló perfecto.

—¿Qué tal se me ve? —volteé a ver a la expresión de Chandler.

—Se ve muy elegante, estoy seguro que muchas chicas se enamorarán de usted.

—Eso espero —murmuré.

Cuando volví a mi casa me encerré en mi habitación y como ya no tenía nada que hacer me aburrí muchisimo, pensé que quizás hablar con mi mejor amigo me haría sentir bien.