Capítulo Cuatro

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Una semana después Evan despertó desorientado, preguntando qué pasó y cómo había llegado ahí. Cuando le contaron la historia solo se puso a reír mientras comentaba que esa mujer era increíble, probablemente la persona más audaz que conocería en su vida. Los mellizos, Zoe y Avery estuvieron visitándolo hasta que fue dado de alta.

—Eso estuvo cerca —dijo Avery un día de visita, mientras acariciaba su mano—, no podría soportar perderte. Lo sabes, ¿no?

—Con esto estamos a mano, dulce Avy —achicó sus ojos mientras sonreía, estaba feliz de verla después de tantos meses—. Ahora sabes lo que sentí aquella vez.

—Eres un idiota —desvió la mirada—, tuve tanto miedo... eres el único amigo que tengo, ha sido así desde hace mucho tiempo, cada vez que sales a reclutar estoy preocupada.

—Es la misma preocupación que tengo desde que supe que podrías ser seleccionada para ir a la otra dimensión —cogió su mentón para girar su cara hacia él, ya sabía la noticia—, si no fuera reclutador jamás te hubiera conocido, no me arrepiento de haber escogido esta profesión.

—Yo tampoco lo lamento, has sido una tabla de salvación —recostó su mejilla en la palma de la mano del hombre—. Cuando descubrí lo que eras, también supe que no podrías reclutarme por la implicación sentimental.

—Quise hacerlo durante años, lo siento... nunca me disculpe por eso.

—Al saberlo empecé a planear la forma de llegar aquí, no debes lamentarlo porque era algo que se escapaba de tu control.

—A pesar de que lo sugerí muchas veces, de que sabía que eras apta y capaz, mi tía no lo permitió, lo único que me quedaba era seguir visitándote —suspiró—, no puedo creer que por fin estés aquí, pero tengas que irte a sacrificar tu vida.

—Sabes que el destino no está de nuestra parte, Evan... Toma esta selección como otra señal de ello, por eso decidimos ser amigos.

El hombre retiro su mano dolido y cerro sus ojos, la joven suspiro derrotada.

—Eso es suficiente por ahora —contestó con tristeza.

***

Un mes pasó desde la formación del grupo, todos estaban concentrados con sus trabajos y proyectos para ir a la otra dimensión al igual que los entrenamientos físicos, el tiempo estaba siendo aprovechado lo mejor posible.

En cuanto a la relación del grupo estaba algo tensa, a pesar de los esfuerzos de Levi, los mellizos seguían atrapados en su burbuja que era rara vez rota por el trabajo de Sarah con Avery, aun así ellos seguían soltando comentarios inapropiados y desconsiderados que todos estaban aprendiendo a llevar con calma, Mark y Blaz también trabajaban juntos ocasionalmente pero sus personalidades no encajaban con facilidad, de esta forma el pelinegro estaba empezando a acostumbrarse a la lengua sin filtro del rubio. Por otro lado, Blaz y Avery no se soportaban, a la hora de trabajar chocaban constantemente, aun así, sus resultados eran efectivos, pero la desconfianza que había nacido entre ellos no podía ser remediada fácilmente. Levi intentaba con todas sus fuerzas limar estas asperezas antes de que llegarán los miembros faltantes, porque de lo contrario sería un caos.

Una mañana mientras entrenaban sus habilidades físicas Blaz no pudo soportar más, así que recriminó a Avery por su pésimo desempeño en el campo de tiro.

—¿Qué pasa? —preguntó mientras fruncía el ceño—, todas tus habilidades en otros ámbitos están cerca de la perfección. ¿Por qué cada vez que sujetas un arma pareces una novata? —Puso una mano sobre el arma que sujetaba la chica—. Se supone que fuiste entrenada por los mejores.

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