Creo recordar que gracias a la fortaleza de la chica logramos escondernos, digo, al escuchar la puerta me quede clavado en el suelo como un poste. Nunca imagine que en mi vida tendría un momento lleno de suspenso como una película.
Estábamos en un momento de tensión que asqueaba, tenía mis manos hechas puño, las apretaba con todas mis fuerzas rezando como loco para que no nos encontrara y gracias a que la puerta principal estuviera retirada de donde estábamos nos dio un poco de tiempo para meternos debajo de una mesa de metal...
Joder, créanme que jamás, ni después de ese día volví a ver a alguien hacer una rabieta tan exagerada, arrojo lo que traía en sus manos, seguro que un "nuevo juguete" para usar con la joven. Me asusto el golpe tan seco que dio esa cosa, ahora que trato de aclarar las imágenes era un martillo.
Ahora que lo recuerdo la chica si entro en pánico al verlo de esa forma, fue por eso que fuimos encontrados, sí, que buena forma de decirlo, pero no puedo buscar otra, simplemente fuimos encontrados por un leve lamento que salió de sus labios.
Verla de nuevo así me dio el valor para tomarla de la mano y salir corriendo de ahí a toda prisa.
Sí, obviamente nos persiguió hasta la salida, sí, obviamente pudimos escapar y hasta nos siguió dentro del espeso bosque hasta que lo perdimos entre todos los árboles.
Fue espeluznante correr con un puto loco a tus espaldas, estaba segurísimo de que el cualquier momento sacaría una pistola y me mataría dejándome en el bosque. Rayos, mi vida paso en esos doce minutos de carrera.
De tanto miedo no pude pensar claramente, olvide llevarla a la comisaría, terminamos en mi casa escondidos en mi habitación, fue un enorme error de mi parte, vivía con un amigo que sabía que no me ayudaría al saber que un secuestrador nos estaba siguiendo.
Todas mis posibilidades se cerraron en el momento en el que por la pequeña ventana pude ver al sujeto aun buscándonos por todos los alrededores, de nuevo me encontraba llorando por la desesperación, claro que se me ocurrió llamar a la policía de no ser que el rostro del secuestrador se me hizo conocido.
Me asome nuevamente con la esperanza de poder verlo nuevamente, para confirmar que era ese mismo sujeto, el oficial idiota que me llamo loco en la comisaría cuando dije que había una chica secuestrada en un matadero abandonado. ¡Fue él! Con que puta razón, seguro que mis resultados del estudio habían salido positivos porque él los manipulo para dejarme como un idiota, yo estaba seguro de que saldría limpio, había dejado la marihuana hace mucho.
Ya recordé porque no la lleve directamente para allá, la policía quizá estaba detrás de todo esto.
Me mire en el espejo del baño por última vez, moje mi cara antes de salir al cuarto, a pesar de estar la cama libre para ella la encontré sentada en el piso, me acerque a ella con la toalla rodeando mi cuello.
Recuerdo que le hable primero para tranquilizarla, estaba llorando silenciosamente, también le pedí que tomara un baño para que limpiara toda la sangre que tenía seca en su cuerpo. Le di ropa mía para que la usara, Dios, no tenía ni idea de que haría después y lo peor de todo es que al día siguiente tuve clases.
Tuve que dejarla sola en casa y gracias a mi cara de cansancio mis amigos se acercaron a mí para preguntarme si todo estaba bien. No les dije nada, tome como pretexto mis calificaciones, estábamos por concluir el año, ese noche comenzarían las fiestas locas en las cuales yo tendría que ir, digo, era el alma de la fiesta el maldito amo, mis ánimos cambiaron. Claro que iría, ¿la chica que me esperaba en casa? Que, estaba encerrada bajo llave, no le pasaría nada.
Vagamente recuerdo que me puse ese día, me daba igual, tardaría más en escoger mi ropa que en desnudarme cuando estuviera con alguna chica.
Todo iba perfectamente, la música era genial, las bebidas llenas de alcohol y las chicas que puedo decir. Conseguí ligarme a la más linda de toda la fiesta, me la lleve a una de las habitaciones de la casa donde estaba dándose la fiesta, joder esa chica besaba tan bien que era imposible no imaginarse más allá de eso, estaba más que listo para follar cuando aquella chica se cruzó en mi mente con ese rostro lleno de lágrimas.
No sé cómo carajos empuje a la chica que tenía sentada en mis piernas para salir corriendo de ese lugar derecho a casa. Nunca más quiso volverme a hablar esa chica después de esa fiesta, recuerdo que la busque y me rechazo.
No me importo nada en ese momento, solo quería llegar y ver que la chica de ojos color miel estuviera bien. Y lo estaba, me recibió con esa mirada relajada de siempre aunque ahora un poco confundida porque llegue agitado de tanto correr.
Quizá en este momento sé porque quise salir de esa fiesta pero no lo diré.
–Oye... ¿Cuál es tu nombre? –no recuerdo haberle preguntado antes, ella se congio de hombros. –Es imposible que no sepas. –reí incrédulo.
–H-hace mucho tiempo q-que estuve ahí... –no esperaba ninguna respuesta de su parte.
Claro que en el tiempo que estuve con ella hablo y mucho solo que me sorprendió mucho.
Como todo un tonto esa noche hundí mi cara en mi almohada antes de hablar. –Desde ahora te llamaras Hony.
Por muy estúpido que sonara elegí eso que ni siquiera era un nombre pero era como mi propia abreviación de "Honey".