CAPÍTULO 3

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Cuando termino gimnasia me ducho y salgo hacia la cafetería.

Kayla y yo tenemos el almuerzo a la misma hora, por eso siempre nos sentamos juntas.

Antes de llegar ya veo a Kayla sentada en nuestra mesa de siempre, apartada de las demás. Me acerco a ella y me coloco a su lado dejando mi almuerzo en la mesa.

- Te ves destrozada Ori - me dice mientras abre una bolsa de papas y comienza a comer.

- Bueno... Como las "tres mosqueteras" no se callaban nos han hecho correr media hora más - miro la comida de mi bandeja, hoy me he comprado algo de pasta y un platano.

Comienzo a comer. A los pocos minutos noto como Kayla deja su comida y se queda mirando fijamente algo.

- Mira quienes están aquí - Escucho la voz de Emily, la chica más insoportable e irritante que ha podido pisar este instituto y jefa de las "tres mosqueteras".

- Siempre estamos aquí y bien que lo sabes... - Mientras dice eso, Kayla se levanta y se acerca apresuradamente a Emily, parece que en cualquier momento la va a cagar a piñas.

Antes de que pudiera hacer nada la tomo de la muñeca - No vale la pena Kay... - Noto su pulso acelerado a través del agarre.

Emily hace caso omiso al gesto de amenaza de Kayla y unos segundo después nos deja de prestar atención y comienza a correr hacia una mesa rodeada de gente.

Kayla y yo decidimos levantarnos para ver qué ocurre. Intentamos buscar un hueco entre toda esa maraña de gente. Cuando conseguimos encontrarlo nos damos cuenta de que es Mateo al que toda esa gente está rodeando.

Miro a Mateo y nuestras miradas se cruzan, en su mirada reconozco un grito de súplica por que le sacara de ahí.

Aparto la mirada y comienzo a caminar hacia los pasillos, la sirena que indica que el almuerzo ha acabado suena haciendo que todos comencemos a ir a los salones.

Durante el resto de la mañana no me encuentro con Mateo en ningún momento. Al llegar al aparcamiento veo como Kayla se va en su coche, hoy no va a pasar por mi casa, por lo que me toca ir andando.

Veo a Mateo salir y decido acercarme a él, al fin y al cabo tendremos que hablar en algún momento sobre el trabajo.

- Mateo - Digo su nombre y me acerco a él, como durante toda la mañana desde que lo conocí iba rodeado de chicas - Tenemos que hablar... del trabajo- titubeo.

- Sí claro - Se despide de las chicas y se acerca a mí - En mi casa a las seis, no llegues tarde - Saca un papel, escribe algo y me lo ofrece.

Agarro el papel y veo una dirección, cuando alzo la vista para protestar veo como se aleja hacia su coche.

Apariencias. [TRUENO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora