Capitulo 1.

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      Henry es un chico olvidadizo, pero con mucha suerte; pues no se levanta solo, una chica hermosa lo despierta en las mañanas, en algunas ocasiones con un beso en la frente, con un abrazo, varía la forma, aunque claro todas son hermosas, a veces se le olvida que es su novia, y otras se le olvida que se levanta con una alarma.

      Siempre se levanta corriendo en las mañanas, despertando se pone a ordenar sus cosas, quizá esta situación es lo que incentiva a que todo se le olvide tan fácilmente, agarra las mismas cosas de siempre, la cartera que esta debajo de su cama, el teléfono siempre está conectado, su laptop a un lado de su cama que tiene arriba el cargador, checa sus libretas, y es todo, es una secuencia de cosas fácil de recordar, pero algo siempre olvida meter en su mochila, el teléfono, su tarea, un aniversario, una salida, siempre se le olvida meter algo.

      Para llegar a su escuela sube a un camión, a uno al azar, pues no recuerda en cual debería subir, es difícil saber todo el tiempo cual es el camión correcto que te llevara al lugar donde quieres o debes ir.  

A veces en la carretera la neblina es tan densa que impide que veas el camino, es fácil olvidar en donde estas o a dónde vas, incluso con quien estas; Henry lo hace todo el tiempo.

      Un momento de iluminación ha tocado a Henry, de repente recuerda que está yendo a la escuela, se ha dado cuenta a mitad de camino, parece ser que todo está bien, Henry el olvidadizo es inundado por recuerdos, por desgracia al igual que las bellas, salvajes y hermosas olas del mar traen consigo en muchas ocasiones basura, su cabeza de Henry funciona de manera idéntica.

      Si pudiera definir con una palabra como se sintió cuando empezó a recordar quizá hubiera respondido alivio.

      Pero, solo si pensaba en los primeros segundos, pues casi al instante de recordar donde estaba, un sentimiento de desesperación y angustia atraviesa su cabeza como un relámpago, afortunadamente recuerda que se le olvidaba: había olvidado a un amigo, pero ya es tarde como para regresar, quizá no hubiera importado, lastimosamente era el último que le quedaba.


OlvidadizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora