Act Naturally, parte única.

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2019

Habían pasado varias horas desde que Joseph había llegado.

Su cuarto en la residencia universitaria no acostumbraba recibir invitados de tal género a estas horas de la noche. Caesar, quien siempre llevaba a lindas señoritas, agradecía cada que podía a la espesura de la niebla y la pálida luz de luna, que albergaba los recuerdos de obscenos momentos. No había sido descubierto, hasta el momento. De todas formas, podía hacer lo que él quisiera; después de todo, el compromiso no era lo suyo y podía romperles el corazón a todas sin terminar con lamentables moretones.

Por supuesto, esa noche también quería a una hermosa signorina, sin embargo, Joseph Joestar había sido una molestia recurrente en las últimas horas, insistiendo en hacer juntos los trabajos de todos los cursos. No le hacía mucha gracia por dos sencillas razones: Jojo siempre era una molestia. Y nunca se sabe con un Joestar. O es lo que alguna vez el viejo Speedwagon le sugirió al contarle todas esas historias sobre el abuelo William y Jonathan Joestar. Aunque, de hecho, Jonathan parecía más un caballero, y es lo que Joseph nunca llegará a ser en su vida. De alguna u otra forma, el apellido Joestar ha estado presente en su familia, y por algún desafortunado suceso, el nieto del valiente Jonathan había terminado a parar en la Universidad Ca 'Foscari de Venecia, la misma en la que el nieto de William Zeppeli también estudia. De verdad Caesar no esperaba que, la persona quien le había sacado de la calle y había pagado sus estudios, criara como a su propio nieto a alguien como Joseph. En serio no lo soportaba. Joseph era tan infantil en situaciones serias, y en serio Caesar no soporta a quienes se comportan como bambinos, no cuando sus hermanos menores nunca le hicieron pasar por situaciones de extrema incomodidad, como Joseph.

—Eh, Caesarino.

—Demonios, que no me llames así.

De alguna manera, Joseph le saca de la concentración extrema que le ponía a la redacción del trabajo que les habían dejado en Finanzas; tal vez para bromearle, molestarle o irritarle (aunque cualquier cosa que haga Joseph le irrita, en realidad). En cuestión de segundos, Caesar vuelve a poner la vista en el documento de Word y presiona teclas al azar, pretendiendo escribir.

—Hey, puedo ver lo que haces.— Joseph se percata. Gira la pantalla de su laptop y le señala las letras. Documento compartido en Drive, por supuesto. Caesar se siente imbécil, pero no admite fácilmente una derrota. —No finjas ignorarme.

Caesar borra lo tecleado y vuelve la mirada a Joseph, quien está frente suyo y levanta las cejas. —, sì, be', ¿qué deseas?— Le cuestiona.

—¿Puedo quedarme a dormir aquí? Es que el tío Speedwagon me mata si llego a estas horas.— Hace un puchero y juntas sus palmas. —¿Por favor?

Al contrario de Caesar, Joseph tenía un hogar al cuál acudir después de clases. Era bien sabido que Joestar había venido de Estados Unidos a estudiar Economía, y lo había acompañado la persona de confianza de su abuela Erina: El señor Speedwagon, quien es uno de los hombres más ricos de Gran Bretaña. Hace mucho tiempo atrás, la Fundación Speedwagon contactó a Caesar y lo ayudó en sus estudios universitarios. Al comienzo no sabía por qué, luego el mismísimo Speedwagon le contó la historia del abuelo Zeppeli y lo importante que había sido. Por eso mismo, Caesar piensa dos veces antes de darle un disgusto al honorable señor Speedwagon y pretende pensarlo más.

—No lo sé, Joseph. Hoy tenía una cita nocturna.— Caesar sonríe, vanagloriándose de su suerte con las chicas. —¿Alguna vez has tenido una cita de esas, Joestar?— Posa el codo en la mesa y sostiene su cara con su mano derecha.

Act Naturally. (JoseCae) ONE SHOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora