Pasaban los días, lo que para Saddam era un dolor de cabeza inmenso, la exigencia muy intensa, se sentía muy vigilado, pero sabía que todo esto terminaría con una buena ganancia debido al contrato, por lo que se lo tomaría a buenas y trabajaría a todo pulmón con el fin de que el juego cumpla y su vida se vea mejor acomodada. Todo marchaba relativamente bien en el ambiente de la empresa, todos trabajando, diseñando, apoyando, logística, entre muchas cosas más, lo que hacía que en tan solo una semana se pudiera avanzar bien el inicio del juego.
Al mes siguiente se lo podía ver a Saddam en una de las mesas de la cafetería tomando un café y comiendo un sándwich, ya que requería de energías para poder continuar con su labor, pero de la nada siente que algo le toco el hombro, así mirando hacia atrás,
- ¿Tú eres Saddam Jhun? Preguntaría un sujeto de cabellos negros con un traje azul, siendo otro empleado de la empresa.
- Claro, soy yo, ¿quién eres? Le cuestionaría al sujeto.
- Mira muchacho, voy a serte franco. Cometiste un error al venir aquí. Serían las palabras del hombre.
- Me gusta este lugar, a pesar de todo, prefiero esto que la cárcel. Le diría Saddam.
- Escúchame, una vez que ingresaste, ya eres un robot más del señor Bullshit, él te vigila, te controla, sabe lo que haces y lo que no, que piensas de él, y un largo etcétera. Espero que te guste el Gran Hermano, y que luego no te sorprenda verme muerto mañana.
- ¿Cómo estas tan seguro de eso? Preguntaría incrédulo el joven Jhun.
- Ellos me tienen en la mira, ahora como hay muchos no quieren actuar para no asustarte, pero cuando me dejes de ver, entenderás el por qué. Yo ingrese a tu edad, y como se todas las mierdas de Bullshit y los puercos de sus sub directores, me tienen colgando de las bolas, ya verás que tuve razón yo.
- La verdad eres un conspiranoico, ¿acaso te drogaste con plastilina o marcadores de alcohol? Le diría Saddam al hombre.
El hombre se retiraría mirando a Saddam, como mostrando desprecio pero apenas salió de la cafetería, seria tomado de los brazos y adormecido con cloroformo, para luego ser llevado a los pisos del subsuelo.
Por su parte, Saddam volvería a su puesto de trabajo, continuando con su labor diaria, hasta que al finalizar el horario de trabajo, el chico seria llamado por el director supremo, debido a que quería hablar unas cosas con él.
A llegar, el joven toco la puerta, esperando la orden para poder entrar, a lo que escucharía la voz de su jefe decirle que entre, por lo que Saddam entro a la oficina, acercándose al señor Bullshit, notando que este le hacía una seña de que se acerque para que pueda tomar asiento.
- Buenos días joven Jhun. Saludaría el gran jefe.
- Buenos días señor Bullshit, ¿necesita algo? Preguntaría Saddam.
- Mire, quería saber cómo se siente usted en este lugar. Digo, si algo lo molesta, se siente incómodo, o si le andan contando cosas, que pueden ser disparatadas.
- Solo que cuando trabajo me siento observado, pero entiendo que usted quiera ver que todo vaya bien y que cada uno trabaje y no duerma. Pero respecto a lo otro. En eso Saddam recordaría al tipo de traje azul. – Un loco tipo lunático me dijo cosas que seguramente no tienen sentido.
- ¿Qué te contó hijo? Le preguntaría el hombre.
- Nada interesante, solo estupideces, siempre hay personas que quieren llamar la atención con algo e inventan. Respondería el joven.
- Entiendo, bien, vaya a descansar, su paga ya fue transferida así que no se preocupe, relájese este fin de semana.
- Muchas gracias jefe, que tenga buen fin de semana.
Al despedirse de su jefe, el joven se fue para su departamento, y al llegar dejaría sus cosas en su habitación acomodadas, y se tiraría en el sofá, relajándose y mirando un programa de televisión, el cual era medio basura pero a la gente le gustaba.
Era sábado por el medio día, y el joven reviso su celular para ver qué cosas nuevas había, pero en eso se ve un video de que un sujeto desconocido debido a que tenía la cara desfigurada de los golpes que le habrían dado, se halló desnudo en un desagüe de las alcantarillas, lo que había hecho que estas se taparan y tuvieran que ir a destapar, no se sabía de quien era pero a los pocos minutos ese video seria censurado por ser catalogado como "noticia falsa". A Saddam no le pareció importar mucho, busco algo de música para así escucharla mientras se ponía a hacer unos dibujos, sumado a que anotaría algunas cosas más para el juego en un cuaderno especial que él tendría.
Luego de anotar, dibujar y hacer algunas tareas del hogar, el saldría a pasear por una plaza cercana a donde él vivía, pasaría a comer a un restaurante, y luego visitaría a su tío para hacerle algo de compañía.
Al siguiente día Saddam se despertó debido a una pesadilla que tuvo, en la cual el sujeto de azul le decía que él se lo dijo y que irían a por él, lo cual haría que el joven se caiga de la cama, dándose un golpe medio fuerte. El chico se levantó y decidió continuar con su día de fin de semana, esperando que fuera lunes para volver a su trabajo.
Al llegar el inicio de semana, Saddam iría rápido a su trabajo, así llegando a los pocos minutos, para ponerse a trabajar de nuevo, ya que debía seguir avanzando para poder llegar a tener una versión alfa con lo básico y fundamental.
Pasarían once meses de trabajo intenso, en los cuales se podía ver un Battleworld muy avanzado, como si estuviera casi listo para salir al aire, pero Saddam estaba planeando como hacer todo lo demás, estando de nuevo en la cafetería con su cuaderno de ideas, lo cual interesaría al señor Bullshit que lo estaría mirando desde una de las cámaras de seguridad.
Al terminar de plantear, vería que el juego ya estaría bien completo así, volviendo a trabajar para arreglar los posibles errores que se pudiesen presentar en el juego, para luego de una semana de trabajo duro tener la versión alfa de su más ansiado anhelo, su propio juego hecho realidad, bueno, solo las bases.
En ese mismo día, toda la plana mayor de la compañía miraría como era la versión del juego tan ansiado, quedando todos sorprendidos por lo tan bien logrado que estaba, a pesar de ser una primera versión. Todos aplaudirían ante tal obra de arte videojugabilistica, pero para sorpresa de Saddam, ese mismo día cuando él se retiró se lanzó el juego, con las bases únicamente, lo que provoco que el chico pegara el grito en el cielo, yendo al siguiente día todo molesto contra el jefe pero sería detenido por dos sujetos grandes, los cuales le tomarían de los brazos.
- A ver muchacho, primero calmase. Diría con autoridad el jefe.
- ¡Calmarme las pelotas! ¡Publico el juego antes de tiempo! ¡Aún hay mil y un cosas que faltan! Gritaría Saddam con furia.
- No es mi culpa que no leyera la letra chica mocoso. Respondería aquel hombre, para luego decirle a sus guardias. – Guardias, ya saben que hacer, pero antes, deme esto.
El señor Bullshit le quitaría el cuaderno de ideas a Saddam, mientras los guardias se lo llevaban para el subsuelo, dándole una paliza muy brutal, para luego mandarlo a la calle de una patada en el trasero, haciendo que caiga en la vereda, en la cual se podía ver como empezaba a recorrer agua al notarse el comenzar de la lluvia.
Muy débil y adolorido, el chico se levantó, y con todo el aire que tomo grito:
¡Bullshit! Si mi ois, ¡Sos un hijo de re mil...!
ESTÁS LEYENDO
Battleworld: la maldición del juego.
FantasyLa empresa Breaking Videogames S.A en un intento de tener el monopolio de los videojuegos, logra de la mano de una mente maestra la llave al éxito, pero algo no sale bien... Gracias a eso se desencadenan eventos extraños que afectarán a toda la pobl...