Luego de haber estado unos 9 años en cárcel, Saddam Jhun se dirigía a su primera entrevista de trabajo, lo necesitaba mucho, antes de poder irse a vivir solo y ya no estorbar a su tío el cual lo alojaba por un término de una semana.
- Supongo que es aquí. Dijo el joven mientras miraba la dirección de un gran edificio, perteneciente a una empresa creadora de contenidos, la corporación de Breaking Videogames SA.
Esta empresa estadounidense era una de las mayores distribuidoras de videojuegos en el mundo, estando solo a la par con otra corporación de origen japonés, pero está siempre llegaba más fácil bajo influencias de sus directivos con los países a comerciar.
El joven Saddam ingresaría con un poco de desconfianza, ya que no quería ser mal visto por los trabajadores del lugar, yendo a donde notaba a una recepcionista esperando a atender a un cliente.
- Hola joven, ¿en qué puedo ayudarle? Le preguntaría la señora al recién llegado.
- Buenas tardes, estaba buscando el "salón Magnate". Diría aquel muchacho algo tímido.
- Ah, usted será el de la entrevista, sube por el ascensor al piso 14, y de ahí espere en la fila, creo que será el último en exponer.
- Sí. Respondió quien sería entrevistado. Espero que mis ideas le gusten a los directivos.
Luego de decir eso, el chico le daría las gracias a la recepcionista, para después seguir sus indicaciones, sorprendiéndose que hubiera una cola de veinte personas esperando para ser entrevistadas.
- Esto, va a ser muy tedioso. Se dijo así mismo Saddam tragando saliva.
Una larga espera empezaría, en la cual se notaba que cada expositor al salir estaba muy tenso y nervioso, y otros salían corriendo debido a los nervios que tenían, y la desconfianza que traían consigo. Sin embargo el joven Saddam Jhun tuvo la oportunidad de estudiar todo el tiempo que estuvo en prisión, teniendo mucha habilidad en lo que respecta diseño de juegos, por lo que confiaba muy bien en su conocimiento y que su idea iba a revolucionar la industria de los videojuegos.
Luego de tanta paciencia, llegaría el turno del joven para exponer, así que se levantaría de su asiento, tomaría bien su computadora portátil, y entraría a la oficina, notando que habían nueve sujetos sentados en forma de U, estando en el centro el director supremo y dos sub directores, y los otros siete serian expertos técnicos, ingenieros informáticos, entre otras especialidades.
Por su parte, Saddam estaba conectando su computadora, buscando luego su presentación, para acto seguido empezar a exponer sobre su juego, notándose el siguiente título: Battleworld.
El juego consistía en crear tu propio personaje, desde su apariencia física, su raza, sus características de combate, empezando con un puntaje de 10, los cuales debías distribuir en los principales signos de combate como fuerza, velocidad, magia, puntería, resistencia, poder de técnicas y manejo de armas. La suma de los puntos principales debía dar un resultado de 10, y de ahí se tiene todo un mundo por explorar, buscar tesoros únicos, vencer enemigos épicos los cuales podrían darte otros tesoros o crear tus propias técnicas, las cuales si o si debían tener ventajas y desventajas para tenerlas bien balanceadas. A su vez se podrían crear aldeas, interactuar con las aldeas ya existentes, o jugar en solitario, como a su vez se podrían crear guerras entre aldeas, reinos, u otro tipo de combates, como el uno contra uno.
Otras cosas que habría en este juego serian elementos mágicos, armas como espadas, ballestas y arcos, cada uno con una descripción y habilidades únicas, y a su vez con requisitos mínimos para poderse usar. En síntesis, un juego de exploración muy grande, diverso, a gusto del jugador, y sin tener la modalidad molesta del famoso entonces "pay to win" o traducido "pagar para ganar".
La exposición estaría dándose de manera excelente para los oídos del director supremo, pero en ello, uno de los técnicos interrumpiría.
- Toda esta exposición es una maravilla joven pero, ¿no cree que esto no nos estaría generando ganancias? Sería la pregunta de aquel hombre.
- Claro que las dejara señor, aunque no sea una modalidad pay to win, se podría ganar mucho gracias a la distribución del juego, ya sea por las plataformas móviles, para computadores y consolas. Respondería seguro de sí mismo el joven Saddam.
- ¿Pero quién quisiera jugar este juego si existen ya juegos de esta modalidad que son gratis? Preguntaría otro de los técnicos presentes.
- Por eso se trata de hacer que este juego sea un placer jugarlo, donde todos tengan su posibilidad de ser los mejores con su esfuerzo y no con la billetera como en otros juegos que he visto. El pagar para tener las mejores cosas es algo que a muchos no les gusta, y si solo pagan por el juego y luego ven que es mejor lo van a recomendar y que el precio vale la pena. Respondería de nuevo quien exponía su gran idea.
- Por cierto, su juego seria literalmente un consumidor serial de almacenamiento, aparte que nos costaría mucho preparar todo ese juego para dentro de un año. ¿Cómo soluciona esto? Le volverían a cuestionar al chico.
- Simple, optimización, calidad y tiempo. Yo estimo que esto podría tomar unos años en realizarse, pero las ganancias serían tan grandes que valdrán la pena, y esta corporación pasara a ser la mejor de todas, y reinaran en el mundo de los videojuegos.
Todos los directivos estarían pensando sobre todo lo expuesto, pero uno de los técnicos le ordenaría a Saddam que se retirara, y que expusiera sus ideas imposibles a otro lado, provocando que el joven se sorprendiera de que no tomasen su juego.
- Está bien. Dijo con voz muy baja y algo rendida, así retirándose cariz bajo.
Al salir del edificio solo camino a la casa de su tío, tenía la mirada llorosa, pensaba que tendría que vivir en la calle ya que solo le quedaba el fin de semana para conseguir empleo y en esta época los trabajos escaseaban y las grandes corporaciones exigían casi ser robots de carne y hueso.
Luego de una larga caminata, el joven entraría a la casa, yendo directo a su habitación y acto seguido se desplomaría en la cama, poniendo su cabeza debajo de la almohada, por lo que el colchón amortiguaría sus gritos de desesperación.
El tío no preguntaría nada, supuso que le habrá ido mal, pensando que capaz podría extenderle la estadía, justamente porque su hijo dio el aviso que recién la próxima semana podría ir a visitarlo.
Mientras esto sucedía, en la corporación se empezaban a tomar decisiones de que juego se llevaría a cabo, el director supremo en parte empezaba a detallar su plan con el juego que según él, lo volvería más poderoso.
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Battleworld: la maldición del juego.
FantasyLa empresa Breaking Videogames S.A en un intento de tener el monopolio de los videojuegos, logra de la mano de una mente maestra la llave al éxito, pero algo no sale bien... Gracias a eso se desencadenan eventos extraños que afectarán a toda la pobl...