Mis noches de sueño || Chriserick FS.

Capítulo 1.

Sentado en su sillón reclinable, Christopher, cansado de escribir tantas páginas de su ensayo para la preparatoria suspira.

No sabe que más hacer.

Ya lleva demasiado tiempo sin moverse de su lugar y le duelen los dedos por el lapicero y el trasero.

Se recuesta un momento y agrega una nueva página en su computadora, porque el buscador de su información no le sirve y no puede eliminarlo porque más tarde continuará con su tarea.

Busca su página marcada como favorita y da click en ella, buscando a la única persona que logra relajarlo cada día de estrés:

Erick BC.

Como resultados se arrojan un montón de videos, y de sólo ver escenas cortas de cada video mientras baja por las opciones, ya está caliente.

Entra al que ve cada vez desde que encontró a ese chico, porque esa es la inauguración de cada día cuando comienza con su rutina de ver y tocarse.

Jamás se aburre de él.

Puede ver cada parte del perfecto y pequeño pero curvilíneo cuerpecito de aquel chico de ojos verdes que tanto llama su atención, y con cada gesto y gemido o grito, siente que va al cielo.

Saca su camiseta a los segundos de que haya comenzado a reproducirse y lo que cubre su parte inferior lo baja un poco más que sus rodillas, volviendo a su lugar mientras reclina su sillón.

Aquel tipo alto de cabellera azulada masajea el trasero del ojiverde mientras besa su cuello, y el chico acaricia lentamente la erección del otro.

Christopher siempre se siente exitado cuando lo ve bajar para lamer aquella parte del cuerpo de peliazúl, así que, mordiéndose los labios lleva su mano a su pene, apresándolo suavemente, subiendo y bajando por él.

—Ah, Erick —gime, porque sí, siempre se ha imaginado con él.

Esa es su mayor fantasía.

Poder coger al bonito ojiverde, tanto, que no quiera volver a estar con nadie más, aunque eso parece mucho más que imposible, porque su popularidad en la escuela no es suficiente para que el chico llegue a saber de su existencia.

Ante el lente de la cámara, puede ver directamente su entrada siendo abierta por los pulgares del otro chico, y un cosquilleo pasa por su pene cuando lo escucha gemir agudo, porque la lengua del tipo comienza a simular embestidas.

Christopher pasa su índice por la punta de su palpitante miembro, esparciendo el presemen circularmente y relame sus labios, mientras intenta controlar como su cadera y piernas tiemblan levemente ante la sensación creada por su acción.

El ojiverde es penetrado duramente y sus labios se entreabren, abriendo más sus piernas para dejarse follar de la manera más fácil posible, y gime y grita con fuerza cuando las embestidas comienzan, porque son más que frenéticamente rudas.

Es claro que su pequeño agujero está recibiendo mucho, y Christopher ama ver su rostro complacido, porque imagina que eso podrá ver cuando por fin estén juntos.

Cuando ve a su chico chorrearse el abdómen con su propio semen y sonreír levemente mientras aún gime porque el otro sigue metiendo y sacando el pene de su interior, se corre también sobre su mano.