Carta #6

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Querido:
Debí haberte aclarado que no me tentarás, por que si lo hacías, no nos podríamos olvidar. Te amé, con todas mis fuerzas, por que contigo ya no me sentía sola.
Tu ausencia me hacia extrañarte y me hacia sentir que te necesitaba y tu presencia me lo confirmaba siempre.
Hubieron más de diez centímetros de diferencia entre tu mano y la mía, al igual que una frontera de palabras no dichas entre tus labios y los míos...
Ámame, ódiame, quiéreme, eso no importa, de todas formas, si me amas o me quieres, igual yo lo haré, pero si me odias, siempre estaré en tu mente, siguiéndote, así como yo, también serás perseguido en las noches por tu propia sombra y la de nuestros recuerdos.
Cuando estábamos juntos, el resto de el mundo no importaba, amaba esas cosquillas que sentía cuando tu voz decía que me quería.
Perdón por haberte aprendido a querer en tan poco tiempo, pero es que encajaste perfectamente con lo que siempre necesité. Perderme en tu mirada y encontrarme en tus labios, eso quería.
Ahora sólo quiero abrazarte muy fuerte y no soltarte por que te extraño más de lo que nunca imaginé, por que me robabas la sonrisa que ni yo sabía que tenía entre mis labios.
Amaba sonreír al recordar el día que comenzó todo. De todos modos, para ti no es novedad que el mundo y yo te queremos de veras pero yo siempre un poco más que el mundo.
Aún actualmente, después de haber despertado aún sigo soñando contigo por varias horas más, por que sigues llenando este minuto de razones para respirar. Todo el calor que alguna vez me diste, se fue enfriando hasta congelar mis párpados.
Ahora, no puedo llorar... Ahí nada más me dejaste, a solas con mi suerte, que no es mucha, creo que tienes razón, la culpa es de una cuando se enamora. Ahora mi estrategia es que un día cualquiera, no sé cómo ni sé con que pretexto, por fin me necesites, pero ten contemplado que siempre te amaré, por ahora...

Querido...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora