Travesuras de la Niña mala

144 5 2
                                    

-... ¡Uggg, pensé podría ser tu amiga pero eres todo un pervertido!. ¿Qué demonios estas haciendo,  oliéndome?

¿¡Cómo se dió cuenta!?  A caso tan obvio fuí ... Que mal.

-Uhh...hhmmm... Yo No... lo...ehh...lo siento, No quice...

-Jajajajajajaja. -¿Se estaba riendo? No estaba a caso diciendome pervertido...¡Ahora se ríe!. Es una maniaca

-¿Qué? Disculpa, ehhhh, ¿estás bien?

-¡Ufff! Si hubieces podído ver tu cara. Lo siento, sé que el coco es irrresistíble, no te culpo, tu tambien hueles Muy bien.

¡Un cumplido!.  Ahora es graciosa y educada, aunque sus gracias son un poco crueles.

-Pues... gracias, supongo-. No lo niego, me asusta un poco ella.

-Bueno, hola Stephan, soy Natalie.- Ya sé tu nombre Princesa, No me saltaría ese detalle.

-Un gusto Natalie, Stephan Carransa para servirla, y usted parece se ha ofrecido para ayudarme.

-¡Oh! No se sienta tan emocionado, es simplemente una cortesía por llamarse Stephan.

-¿Cómo? .- Por mi nombre....Recalco, jamás la he visto en mi vida.

-Resulta, que siempre quice tener un enam...digo, pues.- ¡Enrojeció!. Sus mejillas y todo su rostro tomó un color carmín, no me creo que aún hayan chicas timidas como ella, cada ves me sorprendr más.- Es un nombre sexy...

-Uh.- Enmudecí ante su declaración. Hay Princesita, tan discreta.

-Digo... Pues, es un bonito nombre y siempre me ha gustado, ahora, solo dime porfavor que se escribe así.

Sacó un cuaderno amarillo de su mochila, parecía ser un tipo de Blog o diarío porque casi no había una página vacía. Escribió en corrida con una pluma de tinta morada, tenia buena letra. Ya me estaba desanimando a escribir algo a su costado, la mía digamos no es muy agraciada.

Stephan.  

-¿Cierto?. -Me Dijo mirandome a los ojos, y otra vez No tenia oxígeno y mi alma se fue de mi cuerpo.

-Si, perfecto. Bonita letra por cierto, casi tanto como la autora.- ¡Que acabo de decir!

-Pues gracias, lastimosamente no podría decir lo msimo de la tuya. Que pena que tu letra no sea tan guapa como tú.- Rió y enrojeció. Divina.

- Casi nadie ya pone la fecha completa ¿Sabes no? Siglo XXI... Modernidad, practicidad, estupidez.- Replicó al ver la fecha en el encabezado de mi cuaderno.

-Uh . ¿Es Muy malo querer ser un clásico?

-No, la verdad, creo que eres lo mejor que te visto en esta escuela. Pero ojo, No te emociones, ya me he dado cuenta que el shampoo de coco es tu debilidad. Podrías aún ser un pervertido, necesitamos tiempo.

Se me estaba mandando.. ¡Tambien le gusto! O bueno, no sé si aún tenga pulso. Es tan traviesa y divertida.

-Yo.. No soy un pervertido, solo que no me privo de los buenos placeres de la vida.- Uno de ellos mi Princesa, es poder tenerte a mi lado

- Entonces tendrás que abstenerte del placer de hablar conmigo, que el profesor Arnaldo viene.

No quería quedar mal con el profe, pero era cierto, hablar con ella era un placer.

Mi princesa, una niña, tan irónica, divertida y traviesa. Era una niña mala..

El último enamorado ™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora