"Conseguir lo que quieres es tan difícil como no conseguir lo que quieres. Porque entonces tienes que averiguar qué hacer con ello, en lugar de averiguar qué hacer sin ello."
-David Levithan.
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No acabé de poner un pie en el cuarto cuándo escuché un grito que me hizo dar un salto en la entrada.
- ¡Te dije que no podemos traer chicos a la residencia, por Dios¡
Luego de decir eso la chica morena salió casi llevándome en el proceso, el cuarto quedo abierto porque al parecer olvidó el portazo de salida.
Miré a la chica que quedaba en la pequeña sala, una rubia y de grandes ojos verdes que parecían brillar solos en su confusión. estaba sentada en uno de los muebles, mirando aun la puerta con cara de no saber que decir.
-Hola- dije extraña.
La chica pareció dar un cambio de 180 porque se levantó, ordenó su falda y me miró con una sonrisa alzando una mano que me quedé mirando hasta comprender que esperaba que la estrechara.
-Hola, Soy Paula, tú debes ser una nueva ¿no es así? déjame decirte... Somos cuatro chicas en esta residencia... Bueno, cinco contigo...- No dejaba de hacer muecas, sobre todo con sus ojitos de cordero - Bien, no sé si lo sabes, pero tendríamos que ser seis, el caso es que esta mañana nos avisaron que la otra chica está en Italia y postergó una semana su ingreso, no estoy segura... Pero dime ¿Cuál es tu nombre?
Está bien, esa chica hablaba bastante, pero parecía gentil, además cuando mencionó Italia volví a pensar en mi equipaje. Según papá llegaría por la noche a más tardar.
- ¿Italia? También soy italiana.- Sonreí- Soy Gabrielle Cometti- Giré hacia la puerta señalándola con el pulgar- ¿Qué sucedió? - terminando de decir eso Paula soltó un suspiro que me hizo sentir incomoda. Bien, la chica morena había salido casi atropellándome, pero yo no era nada entrometida... Creo.
-Cosas tontas... Ven te presentaré a las demás.
Me llevó de una mano caminando tan rápido que definitivamente no pude ver ni un solo detalle de la residencia, solo mis pies en el recorrido cuando ella abrió frenéticamente la puerta para jalarme dentro.
Me quede parada cuando ella empezó a saltar llamando la atención de la chica sentada en el fondo de una de las dos camas, estaba escuchando música con audífonos y un cuaderno de dibujo en la mano. Parecía muy tranquila y sobre todo acostumbrara a que abran la puerta de esa forma.
- ¡Janne! Te quiero presentar a Gabrielle, acaba de llegar de-Abrió los ojos mirando a la chica en la cama- ¿Dónde crees? -Hablaba tan rápido que Janne apenas volteó- ¡Italia! Y ¿Qué crees? Nos va a preparar pizza y pasta y champiñones ¿Comen champiñones? Bueno, y pizza y lasaña y tomates.- Me quedé mirándola ¿Quién dijo que por ser italiana sabía hacer pizza, lasaña y tomates? A penas sé hacer tomates. Se hacen en una granja. Pones semillas, agua y sol. El resto va por cuenta del tomate.
