No había vuelta atrás, la culpa y el resentimiento me embargaban, pero lo había visto a los ojos, y no distinguí un solo ápice de bondad.
Venía por todo, y yo no sería un impedimento.
Besos, iman.
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Los secretos de Gabrielle
FantasiLa oscuridad es traicionera también, hace que el mínimo destello te deslumbre.