･｡Angels ｡･ ━ ⸙ ℐeon ℐungkook

C. 3

Mina había sido una pequeña niña algo sensible, pero con justa razón. El escuchar siempre los gritos y sentir los golpes en su piel, le habían dejado una gran marca en su alma. Siempre se pregunto que había hecho mal, siempre intentaba ser una buena persona, ayudar a los que necesitaban, pero parecía que nadie veía eso.

─ ¡Maldita sea! ─ se escuchaba decir a una mujer de cabello castaño y corto, tenía las mismas facciones que Mina─. ¡Nunca puedes hacer nada bien! ─

Mina cubría su rostro con ambas manos, pero dejando desprotegido la mayor parte de su cuerpo, con la escoba estaba siendo golpeada, al menos agradecía un poco que la escoba fuera algo hueca y así el golpe no fuera tan duro, pero eso no lo hacia menos doloroso.

Mina trataba de acallar sus sollozos, sabía que sería peor si la escuchaba llorar. Lamentablemente ella ya se había acostumbrado, y sabia como acomodarse para recibir menos el impacto de los golpes.

Realmente ella se preguntaba a veces sobre su muy mala suerte, ¿ella no tenía un ángel guardián? Así como varias veces escucho decir a algunas personas.

Parecía que su ángel estaba demasiado ocupado.

[...]

Con manos temblorosas había marcado el número que estaba en la hoja de papel, ella no quería dejar pasar más tiempo, necesitaba devolver el dinero que le habían dado a la persona que la habías lavado.

Se encontraba sentada en la banca de la plaza cerca de la estación del metro, esperando a Jungkook.

Este último sonrió cuando vio a Mina sentada, jugando con sus pies moviéndolos de un lado a otro. Frunció un poco el entrecejo cuando estuvo más cerca y pudo darse cuenta de que algo no andaba bien, se le veía triste y cabizbaja, realmente necesitaba saber que había pasado, ahora que había dejado de ser un ángel, no siempre podía ver lo que ella hacía.

─Hola ─ saludo él cuando llego hasta ella.

─Hola ─ Mina levanto la mirada, sorprendiéndose un poco por lo que veía.

Ahora que no estaba en apuros, se podía dar el tiempo de verlo mejor. De detallar sus facciones, realmente era bonito.

─Perdón si te hice esperar, solo que se presentó un pequeño problema en el trabajo ─

─ ¿Te hable en un mal momento? ─ pregunto ella algo preocupada.

─Para nada, ya estaba saliendo ─ dice Jungkook con una sonrisa, se sienta a un lado de ella.

─Mira, aquí tienes el dinero que me habías prestado ─ dice Mina entregándole el billete con la misma cantidad que Jungkookie le había prestado.

─No era necesario que... ─ Jungkook cogió el billete con cuidado.

─Lo era, no quería parecer una persona grosera, a pesar de que fuiste la única persona en ayudarme esa vez, realmente me salvaste ─

─No agradezcas, es algo que quise hacer ─ Jungkook sonrió un poco.

Mina asintió un poco y suspiro. Jugo un poco con sus dedos y después se levantó.

─Entonces... gracias por esto, adiós ─ dice ella, pero Jungkook la detiene.

─Espera, ¿estas bien? ─

─ ¿Eh? ─

─ ¿Te encuentras bien? Tienes algunos raspones en tus manos ─ señala Jungkook, haciendo que Mina bajara las mangas de su blusa, tratando de cubrir la evidencia de la violencia.

Ella se puso un poco nerviosa, pues la mirada de Jungkook estaba puesta en ella, con cuidado estaba inspeccionándola, se sentía cohibida.

─Estoy bien, solo que bajé corriendo las escaleras y caí ─ dijo ella, mintiendo lamentablemente.

─Lo siento, pero no puedo creerte del todo eso ─ dice Jungkook, levantándose de la banca y sujetando su mano para ver mejor─. Caer de las escaleras no hace estos arañazos, los cuales parecen hechos por una persona ─

Mina retiro su mano con violencia y la escondió de nuevo bajo la manga de su blusa. Bajó la mirada, poniéndose más nerviosa que antes.

─Ya sabes, estoy bien, a veces suelo hacer enojar a mi madre ─ sonríe forzadamente, Jungkook solo frunce el entrecejo─. Adiós ─

Se despide de nuevo Mina y no le da oportunidad a Jungkook de decir nada.

Jungkook ve como ella se va rápidamente de ahí, dejándolo solo. Se sienta de nuevo en la banca y mira hacia el cielo, ¿Qué podía hacer para ayudarla?

A pesar de que había tomado la decisión de bajar a la tierra para ayudarla, ahora mismo no sabía cómo hacerlo, no sabía qué hacer. Se sentía tan impotente, y por primera vez, se cuestionó si el haber bajado del cielo había sido una buena idea.