12 Meses -mikayuu-

enero 0

    La mañana se asoma por la ventana de cierto pelinegro que duerme tranquilo, el olor a alcohol era penetrante en la habitación. Yūichirō, Shinoa, mitsuba, yoichi y kimizuki se encuentran durmiendo en la misma habitación, en la misma condición que el pelinegro, ebrios.

  Shinoa es la primera en despertar, va donde su amigo de ojos verdes, moviéndolo de un lado hacia otro, buscando sacarlo de morfeo. Yuu-san, dice entre susurros para despertarlo, mientras éste se mueve de lado a lado.

— ¿qué? — dice medio dormido, frunciendo el ceño, buscando una manta para cubrirse el rostro.

— Yuu-san, despierta.

— Estoy ebrio — murmura encontrando la manta, cubriéndose hasta arriba del rostro — dejame descansar.

— fue una buena fiesta la que tuvimos ayer ¿eh? — sonrie leve mirando hacia la ventana, donde algunos pájaros se hacen presentes por un instante, continuando con su vuelo. — Quería despertar temprano, es el primer día de un nuevo año, debemos comenzar con el pie derecho, el primer paso es madrugar — una suave risa sale de ella.

— pues madruga sola — murmura un poco molesto, para luego recibir un golpe de la chica de cabello morado, levantándose rápidamente con un quejido de dolor — ya... Ya desperté 

  Es enero de un nuevo año, la noche de ayer era alcohol, risas y mucho baile. Quedaron todos dormidos luego de una larga noche de celebración.

  Este mismo día por la tarde, los cinco amigos se encuentran caminando por el cuartel, viendo pasar una camilla con una sábana blanca encima.

— ¿otra persona muerta? — susurra Yoichi.

— querrás decir, otra mujer muerta. Hace semanas veo mujeres entrar a una habitación acompañadas de un general, pero no salen, solo se ven las sabanas blanca en sus cuerpo helados — responde Shinoa, viendo con misterio la camilla.

— no son nada discretos — mofa el pelinegro, mientras se cruza de brazos —  ¿estaran haciendo experimentos con ellas?

— ¿cómo crees? — rie un poco mitsuba. — no lo creo, si lo harían no serian tan poco discretos

Shinoa se queda pensativa, mirando la camilla que desaparece lentamente de su campo de visión.

— sigamoslo — ordena corriendo, mientras todos la siguen

— ¿Estas loca? — cuestiona molesto Kimizuki.

— quiero saber que hacen, la duda me carcome

— eso es un "si, estoy loca" — rie un poco Yūichirō mirando a su amigo.

Shinoa rueda los ojos y se apresura a seguir al hombre que lleva la camilla, dejando a sus amigos atrás. Aquel individuo abre una puerta, entrando, antes de que la puerta se cierre, la chica de cabello morado lo detiene, mirando a oculta.

— ¿qué es? — susurra su compañero de bellos ojos verdes esmeralda. — te diré que es — se auto responde — es una persona muerta, no hay misterio.

— si que eres tonto yuu

  La manta se eleva, el hombre la deja a un lado, dejando ver a la mujer sin vida postrada en la camilla, prende un horno, es claro lo que hará. La convertirá en ceniza.

— Esa mujer está... — dice Yūichirō asombrado.

— embarazada — termina la frase Shinoa, soltando un grito del susto al sentir una mano fria en su cuello.

Kureto, el teniente general del Ejército Demonio Imperial Japonés es el poseedor de esa mano fria que toma el cuello de Shinoa. Aoi, hace exactamente con Yūichirō que lo deja lentamente sin aire.

— Aoi, no — ordena Kureto. — no lo mates — entrecierra los ojos inspeccionando a el pelinegro — nos servirá.

— como ordene

Luego de esas palabras, las manos de la rubia aflojan lentamente, dejando con más libertad el cuello del joven.

Ambos son llevados a la oficina de Kureto. Mirándose ambos entre si un poco asustados.

— señor, lo sentimos, no queríamos fisgonear — la primera en hablar es Shinoa.

— callate — ordena aquel hombre de voz imponente.

  La joven asiente, quedándose en silencio, tomandose ambas manos delante suyo.

— tengo un trabajo para ambos. — luego de un rato, el general decide hablar — tú — mira a Shinoa — dirás que el joven Yūichirō está muerto. Desde hoy, el soldado Hyakuya no existe.

— señor... — pide la palabra la joven.

— callate — alza un poco más la voz — tú — mira a Yuu — sigue a Aoi.

— señor... ¿lo llevaré a la habitación? — Cuestiona la rubia a lo que su superior asiente.

— ¿qué me harán? — pregunta el pelinegro molesto.

— ¿estas dispuesto a dar tu vida por la humanidad?

— ...si — duda un poco en responder.

— entonces obedece, obedezcan.

— General ¿qué le diré a mi escuadrón? ¿para qué quieren a Yuu-san? Solo vimos una mujer muerta, nada más, no diremos nada

La desesperación en Shinoa se hace notar

— inventate una muerte, es tu problema y cuidado con hablar, no quiero desaparecer un escuadrón. — juntas sus manos, mirando a ambos con seriedad.

— shinoa... Tranquila — dice Yuu, queriendo calmar a su amiga — prometo volver lo más rápido posible, seguro no es nada malo — aunque tiene miedo e intriga no lo quiere demostrar — ve y diles que mori en una pelea con un vampiro — rie un poco. — hazme ver como el héroe. Que sean... Diez, diez vampiros, maté nueve, el último me venció pero tambien murió.

— Yuu-san... Eres un idiota — rie un poco su compañera y haciendo una reverencia a su general deja la habitación.

Asi comienza el enero de un nuevo año para el joven Hyakuya. Siendo un rehén de su propio bando, estando muerto para todos menos para su compañera.

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Hola gente, volvi a escribir fanfics, ya que me vi hace una semana owari no seraph (de nuevo) y pues me emocioné al ver al papi riko de Mika. Asi que ver nuevamente el anime me inspiró a éste fanfic que será M-preg y yaoi.

  Para las nuevas personas que no conocen mis historias les invito a pasar a leer mis dos antiguos fanfics también mikayuu :

›la apuesta de 5 reglas

Y su continuación :

› listo para encontrarte

Para que sepan un poco como es mí estilo de escritura.

Por cierto, a los/ las que leyeron mis antiguos fanfics

¿qué les pareció?

Me gustaría saber su opinión.

Trataré de actualizar seguido.

Si hay algo mal escrito desde ya me disculpo y quisiera que me corrigieran por favor.

Sin nada más que decir, me despido.

Hasta la proxima actualización

No olvides dejar tu estrellita/comentario.