Secuestrado - Larry Stylinson - Segunda Temporada

Capitulo 10

CAPITULO 10

Seguro habrás hecho ejercicio- Sam le acarició el brazo derecho. Era tan incomodo tenerlo a su lado de esa forma. Tan apegado a él, y con intenciones de seguir hablando sobre su aspecto corporal. Harry solo miró.

- No mucho. – respondió Louis. A su otro lado tenía a Harry. Intentó fijarse en lo que hacía, y aunque comía los Ravioles al igual que él, sabía que algo le molestaba. Y no dudaba qué.

- ¡No mientas! – se rio solo, golpeando el hombro de Louis con amabilidad. Como si este hubiera hecho o dicho algo gracioso. Marie volvió a la mesa, después de a ver colocado más Ravioles en el plato de Patrick, su esposo. - si te ves muy bien...

- ¿Tú crees? – Louis le sonrió. En un intento por seguir la conversación.

- Por supuesto... - le respondió Sam. Al igual que él, esbozó una bonita sonrisa.

- Mi hijo tiene razón. – sentenció Marie. La anciana codeó a Patrick, queriendo que este también diera su opinión al respecto. Pero él solo siguió comiendo. – pero aquí el único que nos puede afirmar si eso es cierto es Harry...

Marie lo miró con una sonrisa pícara, mientras que Sam se aguantaba las ganas de pedirle a Harry que se fuera de su casa. Ya mucho era con saber que era el novio de Louis. Las bonitas mejillas de Harry enrojecieron.

- En realidad no hace mucho ejercicio... - mintió el. Pues él podía pasarse todo el día haciendo barras o planchas. Y además... por otras cosas.

- ¿Perdona? – Louis enarcó una ceja, mirando a Harry.

- Eso, que no haces mucho ejercicio. – volvió a decir el. Esta vez mirándolo divertido. Louis amaba sentir esa bonita química entre los dos.

'¿Y quién es el que te lleva por las noches en sus brazos cuando te quedas dormido en el diván?' Pensó él ojiazul.

Sam se puso de pie. Observó que el plato de Louis ya no tenía ni un rastro de Ravioles por lo que se inclinó en su lado para recogerlo.

- Yo pienso que estás muy bien... - le dijo al estar cerca de él. Joder...pensó. Que bonitos pectorales. Intentó no fijarse en ellos mientras el recogía el plato de su sitio. No podía dejar de admitir que Sam se había vuelto realmente bueno.

- ¿De veras? – fue lo único que se le ocurrió preguntar. Esta vez mirándolo completamente. ¡NO LO HAGAS! Se dijo así mismo, intentando desviar la mirada. Pero para su pésima mala suerte, Harry sí había notado lo que había atraído la atención de Louis. Sam se fue hasta la cocina.
Harry se puso de pie.

- Muchas gracias por la cena. – agradeció una vez puesto en pie. – fue un gusto- observó a los ancianos. 'Pero a ti no, estupido marica'. – conocerlos.

Y de esa forma salió de la casa de los Pataski. Cabreado. Sí, oh sí. Por supuesto. Esto le costaría muy caro a Louis.