Soledad de los mil años

14 1 2
                                    

Días antes de la visita a la prisión del metahumano, había ocurrido el accidente donde Chitose, Chizuru y su abuela casi perdieron la vida y digo casi, porque la anciana murió al instante del choque, junto con el taxista. Chizuru quedo gravemente herida y Chitose también, pero no tanto como Chizuru.

En el hospital, Chitose dormía en una cama en lo que despertaba. Con una pierna y brazo enyesado, solo necesitaba reposo. Chizuru por su parte estaba en cirugía donde los doctores hacían todo lo posible por mantenerla en este mundo. Sin embargo, hay días en la que los doctores no pueden hacer su trabajo y una fuerza mayor, llamenla Dios o Destino, tienen otros planes para la persona en tratamiento. Los signos vitales de Chizuru alcanzaron niveles críticos bajos.

- ¡Desfibrilador, rápido! - ordenó el doctor al ver que estaban perdiendo a la paciente.

Irónicamente, mientras eso ocurría Chitose acababa de despertar. Viendose en una sala de hospital, se dio cuenta que aquella pesadilla había sido real. Chitose se puso triste viendose sola en la habitación, por lo que empezo a llamar a Chizuru.

- ¿Chizuru? ¡¿Chizuru?! ¿Dónde estás?

A pesar de que las heridas de Chitose eran leves, se le tenía estrictamente prohibido recibir otro tipo de visita que no fuese del doctor, por lo que se sorprendió cuando tratando de levantarse, vio un enorme oso de peluche con una caja de bombones (Sin alcohol claro esta). Con ella una nota que decía: "Te estaremos esperando" firmada por las chicas del Consejo y del Club de Entretenimiento. Para su sorpresa, también había un bulto cubierto en una frazada. Apenas Chitose la levantó, se sorprendió de ver a su extraña visitante.

- ¿Akaza?

Akari se despertó apenas sintió la luz penetrandole por los parpados a medio cerrar. Se levantó y se refregó los ojos.

- Hasta que despierta, superiora.

- ¿Qué haces aquí? Digo, supuestamente nadie puede entrar a visitarme.

- Bueno... Digamos que Kyoko tenía razón cuando se burlaba de mi falta de presencia - dijo Akari mientras unas lágrimas cómicas salían de sus ojos - Aunque suene raro, el guardia no me notó. Ni aún con todo el bulto que traía encima de mi.

Chitose solo se limito a sonreírle, pero pronto bajo la cabeza. Aún no le habían dado noticias del estado de salud de su hermana. Akari al ver eso, abrazó a su senpai y con cariño le dijo.

- Lamento lo de tu abuela, superiora. 

Eso ocasionó un leve sonrojeo en la cara de la chica del cabello plateado, pues era la primera vez que alguien que no fuese su hermana o su mejor amiga le diera un abrazo. 

- ¿No sobrevivió, verdad?

Akari se dio cuenta que la había cagado. Chitose no sabía que su abuela murió apenas el tronco aplasto el auto. De hecho, gran parte del tronco, le cayo encima a la vieja, quien uso su débil cuerpo para proteger a las niñas. Aunque tristemente no sirvió de mucho con Chizuru.

- Lo siento, pensé que ya se lo habían dicho.

Chitose permaneció en un estado casi sereno y un tanto inquietante, como si se estuviera guardando ese dolor para explotar en otro momento. En ese momento, Chitose increíblemente solo sonrió.

- Lo último que le dije fue que la odiaba... Y ni siquiera se lo dije a la cara.

- ¿Por qué hizo eso? - Akari intento no exaltarse. Sabía que Chitose estaba algo delicada de salud mental ahora.

- Quería llevarme a Chizuru y a mi lejos de la ciudad. No sé por qué. Toda nuestra vida fue un constante escape de algo invisible. Al menos hasta que cumplimos los 10 y nos establecimos aquí.

Extraño Guardaespaldas (Yuru Yuri x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora