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[Este capítulo contiene un intento de smut, si no les gusta, no hay problemas, lo marcare con un ⚠ al iniciar y finalizar, así pueden saltarlo si quieren. ]


Jongho bajo toda la terquedad del mundo acompaño a su hermano hasta la puerta principal para despedirse allí y correr de inmediato hasta el sofá de su sala en donde se encontraba su pequeño angel durmiendo con uno de sus perritos sobre sus pies y el otro a su costado.

Mingi para los ojos de Jongho se veía sumamente hermoso, sus mechones rojos caían ligeramente por su frente casi tapando sus ojitos, Jongho le había recordado en innumerables ocasiones que su cabello crecía pero éste solo cambiaba el tema como si no quisiese dar a entender que realmente quería su cabello largo.

Aveces se cuestionaba quien era el mayor en aquella relación, aunque Mingi le llevase dos años, eso no quitaba el hecho de que para él, el pelirrojo era su más grande bebé.

Jongho sin poder soportarlo más, tomó a sus perritos con sumo cuidado para dejarlos sobre sus propias camas cercanas a la sala junto con comida y agua suficiente para ambos.

Ninguno de los cachorros se despertó y eso solo le hizo pensar a Jongho que eran tan parecidos a su novio que podría jurar morir de ternura en aquel momento.

El castaño rápidamente se situó a un lado de Mingi aprezandolo entre sus brazos con suma delicadeza como si de un momento a otro se fuese a romper.

En definitiva agradecía la terquedad que había tenido Mingi al escoger un sofá tan pequeño, ambos apenas y entraban en él pero sin dudas era lo más cómodo -incluso más que su cama.

Jongho pensó en su vida mientras mantenía a su chico en brazos y dejaba caricias por su espalda baja, tenía la mayor suerte de todas, tenía todo lo que quería justo en sus manos.

Muchas veces pensó en abandonar su carrera del todo al iniciar puesto que Mingi era muy nervioso y cada que le veía sangrando entraba en pánico, era por ello que no le acompañaba más a sus peleas, no quería verle frustrado o impotente por cosas que sencillamente no eran su culpa.

Jongho le amaba tanto, desde un inicio fue Mingi quien le apoyó, él no tenía el dinero suficiente para siquiera pagar las prácticas cada sábado en el gimnasio cercano a su casa puesto que eran nuevos en el lugar y los ahorros de su familia apenas alcanzaban para cubrir su universidad, pese a eso Mingi comenzó a ayudarle ya que era quien simpre le veía desde la gradas practicar con las peras de boxeo, se excusó diciendo que era un simple proyecto de ayuda universitaria.

Ambos se habían mentido en un inicio, pero fueron mentiras tan piadosas que con un par de besos se solucionaron en ese entonces.

Jongho con el tiempo había conseguido un trabajo estable y con ello pudo pagar él mismo su entrenamiento, cuando quizo regresarle el favor al chico, éste se había negado.

Su verdadera historia de amor había comenzado en sus giras y patrocinios, Jongho lo recordaba a la perfección cuando dió con aquel entrenador quien tenía incluso más fé en su fuerza que él mismo, daba la casualidad que el entrenador era hijo del socio del padre de Mingi, todo era un embrollo pero de todas formas coincidían.

Realmente Jongho no recuerda el momento en que se enamoró de su novio, tal vez fue al momento de ver sus ojos brillar o cuando le escuchó reír por primera vez, era hermoso de cualquier forma.

Y ahora que lo tenía allí hecho una bolita entre sus brazos, no le dejaría ir bajo ninguna circunstancia.

- Jongie~

¿Podía ser más hermoso? Incluso la forma en la que pronunciaba su nombre era tan dulce.

Jongho robó un rápido beso de los belfos ajenos cuando Mingi se volteó en el pecho de su novio para verle de mejor forma.

BOXER [JongMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora