Silencio solo se escuchaba los pasos del demonio en las calles de lionés cargando a la desmayada peli plata el solo veía al frente yendo en dirección a la casa de la mujer aunque luego se detuvo por alguna extraña razón
Luego poso su mirada en el r...
Silencio, era lo único que había, una tensión gigante era presente. una mirada tan afilada y penetrante, que veía a su contrario con frialdad y seriedad, mientras que su contrario solo lo veía con arrepentimiento y dolor
-vete de aquí –hablo con seriedad
-lo entiendo, la verdad todo es horrible para ti, estas sorprendido de todo lo que vivimos –dijo con tristeza
-no creo nada de lo que dices, te conozco hace solo un par de meses
-Mm claro gowther reestructuro tu memoria –dijo mientras que daba media vuelta- adiós tengo que ver como esta Alice –su rostro seguía siendo triste- supongo que no querrás compartir nada con ella aunque tu....
-ella no es mi hija –dijo serio
-lo es zeldris, Alice es tu hija y es sobrina de meliodas aunque no creas nada, es la verdad
Su voz era tan seria, la mujer solo se volteo dispuesta a irse, mientras que el azabache solo la veía. no creía ni una palabra de lo que ella decía
(...)
Rato después, la mujer se encontraba en el castillo de lionés frente a su mejor amigo, meliodas, y al su lado se encontraba una linda niña, de cabello color gris un poco oscuro y ondulado, de hermosos ojos esmeralda oscuro, de tez un poco morena, traía un lindo vestido, era muy linda y adorable
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-Alice ¿Cómo te portaste? –pregunto la mujer poniéndose de cuclillas, la niña sonrió alegre
-jugué todo el día con el tío meliodas –exclamo alegre, abrazando a la mujer
-no te causo muchos problemas ¿cierto? –pregunto mirando al rubio, el solo rio un poco
-me dio unos grandes sustos, pero nada más –hablo riendo, mientras que se rascaba la nuca
-Alice no le causes problemas al tío meliodas, él ya está viejo para estarte buscando a cada minuto –susurro en el oído a la oji esmeralda
-¡oye, escuche eso! –exclamo molesto el rubio viendo a la mujer
-es cierto tienes más de tres mil años amigo mío –hablo tranquila- yo solo tengo doscientos ochenta –rio divertida
-jessica –llamo una mujer, entrando a la sala del trono, cabello plateado y brillante, ojos azules y tez blanca, elizabeth
-oh eli ¿Cómo estás? –pregunto levantándose, mientras que iba a abrazarla, elizabeth gustosa correspondió
