Después de aquella charla, el menor de los Holmes se encamino a su hogar, la verdad no había obtenido mucha información pero si los sentimientos, que el mayor de los Holmes tenía a la chica, sentimientos que afloraban poco a poco, cosa que al detective no le gustaba y no se iba a rendir por saber más sobre ella, aunque tuviera que el obtener dicha información por sus medios.
Nuestro detective busco y busco e incluso activo a su red de vagabundos para saber, donde se ocultaba la chica, ya que no se le había visto, por ningún lado e incluso no sabía ni donde se hospedaba, lo único que sabía con certeza es que se reunía con su hermano mayor, con frecuencia en un cafetería, bastante escondida pero no por ello bastante famosa, por sus tartas, té e incluso batidos. Por ello se encontraba allí en esa cafetería, escondido esperando que ese fuera uno de los días que se reunirían, sabiendo que si era, ya que lo había deducido, la última vez que vio a su hermano, deduciendo que se reunían a las 6 y media después de este salir de trabajar en su oficina, como él decía en su puesto en una parte pequeña del gobierno británico, cosa que no era así, pero bueno cosas de Mycroft y no hacerse el importante, aunque siempre lo hacía cuando el detective se metía en problemas.
Sherlock espero, hasta que entro una silueta que reconoció al instante, su hermano había entrado, con su característico paraguas, que siempre iba con el a todas partes. Este se dirigió a la mesa de al lado de su hermano, teniendo la buena suerte de que en ese sitio, si alguien se sentaba en la mesa de al lado no podían verte, pero si oír, se podría decir que ese sitio era para pasar un tiempo agradable sin que te molestaran, Sherlock no se había sentado allí por casualidad, sabía que esas dos mesas eran las más retiradas del local las cuales pasaban desapercibidas y sabiendo como era su hermano era cuestión un poco de suerte, Nah cuando se fue a sentar se fijo que esa mesa estaba reservada. Propio de su hermano mayor, para poder toda la intimidad que quisiera sin ser visto.
El mayor de los Holmes se sentó y espero a su acompañante, la cual tardo 10 minutos en llegar, la chica llego corriendo a la mesa.
- Siento, el retraso. ¿llevas mucho esperando? Pregunto ella, tomando asiento frente a Mycroft.
- No, llegas a tiempo, como siempre. Contesto este mirando el reloj y comprobando que tenía razón que la chica llegaba a tiempo. Tenía la "fea" costumbre de siempre llegar a tiempo a los sitios y después quejarse de que la gente nunca fuera puntual, pero con ella le daba igual si tenía que esperar, ya que sabía que aparecería.
- Me alegro. De no llegar tarde, aunque mi padre tiene un dicho, un rey nunca llega tarde los demás se adelantan. Pero la verdad es que pensé que llegaría tarde, sobretodo porque, hoy en el estudio estuvo caótico, pero bueno son cosas que pasan. Contesto ella con una sonrisa, que podía espantar cualquier enojo que hubiera en el ambiente, cosa que no existía, Mycroft sabía que si la chica se llegara a retrasar, ella le enviaría un mensaje.
- ¿Y qué hay de ti señor que ocupa un bajo puesto en el gobierno británico?
- La verdad es que nada, del otro mundo, papeleo, reuniones, nada nuevo. Contesto Mycroft restándole importancia al asunto ya que en su trabajo, siempre o casi siempre se reducía a lo mismo. En eso apareció una camarera, para tomar el pedido de ellos, lo que se resumía a un té y un trozo de tarta de arándonos, para el mayor y para ella un batido de oreo y una gran porción de tarta también de arándanos que podían ser perfectamente 2 porciones.
Los dos comieron sus respectivos platos y hablaban de trivialidades, en las cuales de vez en cuando se podía oír la risa de Mycroft, cosa que sorprendió a Sherlock, hacía mucho tiempo que no oía a su hermano reír así.
La velada fue tranquila sin ningún contratiempo hasta que Mycroft recibió una llamada, se levanto disculpándose y salió de allí.
- ¿Sabes que es de mala educación, escuchar conversaciones ajenas? Dijo la chica asomándose mirando a Sherlock con una sonrisa. El detective se sorprendió no se esperaba que fuera descubierto, ni su hermano se había percatado, pero ella en vez de delatarla, espero a que Mycroft tuviera que irse y así hablar con él. ¿Qué escondía esta chica? Se pregunto así mismo. La chica se levanto y se sentó en frente de Sherlock sabía que Mycroft tenía para rato, sabía que cuando llamaban al gobierno británico podía estar hablando por horas, e incluso entrar y despedirse de ella con una disculpa, teniendo que volver a la oficina y quedando otro día, compensando su salida. Por ello ella calculaba que tenía como unos 20 minutos antes de que el mayor se acercara, otra vez a la mesa.
- Siento mucho si la he molestado, no fue mi intención, solo pasaba por aquí y fue una casualidad verla. Contesto el detective de la mejor manera, para que no fuera descubierto.
- Señor Holmes, las casualidades no existen, pero vamos a suponer que está aquí por casualidad, al lado de la mesa que usualmente que su hermano y yo solemos ocupar. Puede sonar algo borde, pero será mejor que no se obsesione conmigo.
- ¿A qué viene esa advertencia, tienes algo que esconder?
- No es una advertencia, es una recomendación y esconder, que yo sepa usted sabe deducir a la gente, por lo tanto sabría si escondo algo. ¿no?
- Si sabe quién soy, sabe que a Sherlock Holmes no se le queda ningún caso sin resolver.
- ¿Esa es su forma de hacer un piropo?
- ¿Acaso cree que lo es?
- No, pero es bonito saber que soy un misterio, aunque no lo soy, a veces las cosas más interesantes suelen ser las que están a simple vistas. Pero bueno ya te lo dije no te obsesiones.
- Eso ya lo decidiré yo. Contesto el detective un poco enfadado, sabía que la chica lo estaba tratando borde y ella no era así lo vio en el despacho de su hermano y hace unos minutos en la cafetería. ¿ Porque era borde con él? Sabía que ella no quería nada amoroso, pero él ni sabía si él quería algo con ella, sobre todo con todo lo que había pasado con Irene Adler más conocida como la mujer, aquella persona que le había ganado, pero el sentimiento por la mujer era muy diferente por la chica que tenía delante.
- Siento mucho si te he enfadado, no era mi intención. Debo volver a la mesa tu hermano debe de estar al llegar y si no me ve sospechara, fue una gran charla, pequeño Holmes, nos volveremos a ver. Y sin más la chica volvió a su sitio y a los minutos Mycroft volvió y este se disculpo, debido a que tenía que irse por una reunión que se había organizado a última hora. Los dos se encaminaron a la puerta para irse, dejando el lugar, como solían hacer se despidieron y cada cual tomo su camino.
Mientas en la cafetería estaba el detective esperando para salir, pero antes paso por la mesa donde minutos antes estaba su hermano y la chica, donde vio un trozo de servilleta doblada, podría ser algo normal pero él sabía que no, por ello la cogió y vio que había escrito algo.
Para el detective que no se deja ningún misterio sin resolver............. Sherlock sonrió de oreja a oreja lo que le había dado la chica fue su número de teléfono y sabía muy bien cómo usarlo. Y también estaba contento por la oportunidad que le estaba dando. Pero ¿porque, la recomendación, si después le daba su número de teléfono? Otro misterio que se sumaba al detective.
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She Will Be Your Downfall
RomanceHistoria de Sherlock Holmes, donde se enfrentara a un nuevo caso, y pondrá todo su mundo patas arriba y de algún personaje más, descubriendo que todo lo que ve , a veces no es lo que la realidad nos deja ver.