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♡ → Capítulo décimo sexto

Buenas, buenas. Ya sé que no me han extrañado pero igual continúo actualizando porque esta historia de verdad me trae con los nervios de punta. Les aclaro que a partir de ahora nos adentraremos en un drama intenso, va a doler pero al final valdrá la pena. Porque Nunu sabe que hay que luchar por todo lo que vale la pena en verdad, ¿o no? 

No les voy a crear mentes y mucho menos a dar spoilers del asunto. Les invito a seguir leyendo y les doy las gracias por su apoyo. 

¡Arriba el Showki!

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-Lamento haberte dejado solo por tanto tiempo. Me llamaron de la oficina para decirme que debo estar allí en un rato, si quieres puedo llevarte a tu... casa.

Ensimismado en las notificaciones y mensajes sin leer en su teléfono, le costó darse cuenta de que estaba hablándole a la nada. Frunció el ceño extrañado por el silencio que le rodeaba y mientras rebuscaba por los rincones de su hogar al no encontrar al pelirrojo le llamó.

-¿Kihyun?

Alzó la voz lo suficiente para hacerse escuchar por el joven y tras unos segundos de silencio absoluto, soltó un suspiro tratando de no ser víctima del pánico inicial. A continuación, recorrió su hogar buscando al menor, pasando incluso más de dos veces por el jardín, los baños, el garaje, la habitación, la cocina, su oficina sin hallar rastro alguno del joven. Empezando a exasperarse pasó una mano por sus cabellos y, ya estando lo suficientemente preocupado decidió llamar al pelirrojo a su celular. No es que fuese tan fácil para él perder la calma, pero era Kihyun de quién hablaba.

Para su sorpresa tan pronto marcó el número del menor fue la contestadora quién le habló, intentó marcar un par de veces obteniendo siempre el mismo resultado. Los mensajes que le envió al joven tampoco fueron fructíferos. Ni una respuesta ni una explicación.

"¿Y si tuvo una emergencia?"

Pensó al tratar de encontrar la lógica del desvanecimiento repentino de su amante, pero todas las respuestas posibles no instauraban la paz que anhelaba. Volvió a tocarse el rostro con desespero, peinando sus cabellos a la vez que en círculos se paseaba a lo largo de la sala y, fue entonces que lo notó. Quizá estaba alucinando, pero podía jurar que los marcos de sus fotografías no estaban ordenados de esa forma.

Intrigado por el asunto se acercó hasta el mueble y notó que en efecto alguien había movido de lugar los marcos y que el único que no habían colocado de regreso era el de la foto donde salía con Minah, su ex esposa.

No quiso caer en conclusiones apresuradas, sin embargo, un sudor frío le corrió por la espalda tras su mente atar ciertos cabos sueltos.

-Maldición...

Murmuró en voz baja, dando largas inhalaciones para guardar la calma. Si la situación era como la entendía hasta el momento, Kihyun probablemente se había ido por ver aquella foto, pero... ¿sería ese el motivo real? No tenía sentido, ¿o sí?

Apretó los ojos con fuerza, dejando el marco en su lugar para luego buscar las llaves de su auto. Si tal malentendido había ocurrido, entonces lo resolvería inmediatamente.

♥

Sus pensamientos iban tan rápido como él al volante. Por su cabeza cada idea (una más tonta que la otra) le agobiaba, y mientras las hacía a un lado intentaba concentrarse en la carretera y no salir multado, además de pensar en qué le diría al pelirrojo una vez llegase su casa.