el suave tacto del algodón de mis sábanas, mi respiración calmada, todo mi cuerpo a una temperatura amena, la pasiva brisa que se escabulle por la ventana hasta llegar a mi pequeña habitación, todo esto al compás de las gotas de la lluvia. un día casi perfecto pero con la contraparte de tener que ir a mi trabajo en una cafetería algo vulgar.
suspiré, abriendo mis ojos con pereza, toqué el frío suelo con mis pies descalzos lo que hizo que perdiera la somnolencia.
me levanté para ir directamente al baño para comenzar mi día, haciendo mi aseo personal, vistiendome con las primeras prendas que encontré en mi armario junto con una gorra, tomé mi móvil para dirigirme a la entrada, calzar mis zapatos y coger mi paraguas negro.
ya estando en el exterior podía oler la combinación de las gotas de agua con la tierra del parque de niños, escuchar los automóviles en circulación y los pasos de las personas intranquilas.
- mil veces mejor es quedarme en casa - dije para mi mismo demostrando mi disgusto, acomodé mi gorra y abrí mi paraguas para emprender mi camino de pocas cuadras.
aún siendo un clima frío y lluvioso, hasta incluso molesto para algunos, yo lo consideraba apacible y hasta casi inmejorable, si no fuera por el mal humor que me provoca el levantarme a tales horas de la mañana.
ir a cumplir mi ocupación es un poco molesto únicamente por culpa del horario mañanero pero aprecio trabajar en una pequeña tienda con especialidades en sus desayunos, postres y cafés; es algo común que cualquier persona sólo tomaría esa "profesión" para tener dinero para la universidad o simplemente como trabajo de medio tiempo mientras vas a la secundaria, sin embargo, adoro a lo que me dedico y nunca lo cambiaría.
ya con pocos minutos de caminata, podía divisar el cartel de la pequeña cafetería, incluso sentir el olor del café y los panecillos que se preparaban a las 6 de la mañana, uno de los pros de trabajar en el horario de las mañanas, hecho que me hacia recordar porque nunca pedía un cambio de horario a mi superior.
- siempre alegras mis mañanas - dije con una pequeña sonrisa, para después cruzar la calle para dirigirme a la entrada del local.
