Louis se sonrojó y le lanzó una mirada de odio.
-¡Al menos no finges ser un buen chico!-Te aprovecharías de mí si lo fuera. Soy más parecido a ti -respondió harry, asintiendo de manera arrogante, con destellos dorados en sus ojos negros.
-¡Ni lo sueñes! -se defendió louis.
-Por cierto, ¿sueñas a menudo con zayn malik? -contraatacó él, sin ninguna piedad.
Sin palabras, louis se giró, dejando a la vista su delicado perfil.-Aún no me has dicho qué estás haciendo aquí.
En aquella posición, louis parecía extremadamente frágil. Sin dudarlo, se acercó a el y lo agarró de los brazos.-¿Qué diablos...? -gritó, alarmado louis.
-Sólo estaba comprobando -respondió harry, buscando alguna señal sospechosa de abuso de las drogas. Enseguida, lo soltó, satisfecho de no encontrar ninguna marca.
-No me drogo... ¡Nunca lo he hecho y nunca lo haré! -protestó, furioso.-Me alegro.
Sin embargo, harrypensó que louis debería de comer más, mientras posaba su atención desde sus estrechos hombros blancos hasta el contorno de su pecho.
Harry se puso tenso, enojado consigo mismo por sus propios pensamientos. ¿Acaso era de nuevo un adolescente? ¿Desde cuándo el cuerpo de un hombre había tenido ningún misterio para él?
-¿Sólo has venido hasta aquí para insultarme?-No. Siempre hay una razón para todo lo que hago. Te enfrentas a una pena de prisión.
Louis dio un paso atrás ante aquella inequívoca afirmación, tomando una rápida bocanada de aire.-Tú no lo sabes... ¿Cómo podrías? No sabes nada de eso...
-Los delitos relacionados con estafas y culpables siempre se llevan los castigos más duros -murmuró harry con voz suave como la seda-. No fue buena idea defraudar a una organización de caridad, y menos aún a una destinada a conseguir dinero para los niños discapacitados.
Louis sintió que un sudor frío recorría su piel.-No quiero hablar de ello.
-¿Tenías deudas? ¿Te perseguían tus acreedores? Te llevaste mucho dinero, pero no veo en tu casa mucha evidencia de en qué lo has gastado.
El hecho de que harry no tuviera la menor duda acerca de su culpabilidad dejó a louis destrozado. Una dolorosa marea sonrojada encendió su rostro.
-¿Y a ti qué te importa, en cualquier caso? -inquirió, echando hacia atrás la cabeza, con la barbilla levantada.
-No me importa. Pero puedo impedir que vayas a prisión -replicó él, estudiándolo con los ojos fríos como el acero.
Louis se puso tieso, con los ojos muy abiertos, sintiendo un pequeño y desesperado soplo de esperanza dentro de el.-¿Y cómo puedes hacerlo?
-Reponiendo el dinero que te llevaste más una generosa donación a la organización de caridad, para engrasar las ruedas de su perdón -explicó, suavemente.
-No sería tan sencillo...
-No seas tonto. Si digo que puedo hacer algo, es porque es así. Ya he hablado con el director de Happy Holidays y ha respondido muy positivamente a mi sugerencia.
-¿Pero por qué te ofreces a reponer el dinero que falta? -quiso saber el, frotando sus manos con gran tensión.
-Obviamente, porque quiero algo a cambio -respondió harry, en voz baja y lenta, con un tono tan erótico como el terciopelo acariciando la seda.
El corazón de louis parecía querer salírsele del pecho. Se encontró con unos ojos oscuros impregnados de lujuria. No conseguía respirar con normalidad. Harry tenía puesta toda su atención en el, que sentía como una descarga caliente en su pelvis. Una sensación de calor, entre el placer y el dolor, lo hizo temblar.
Una sugerente sonrisa sensual se dibujó en los labios de harry: