I

22 2 0
                                    

Evan Forbes...

Mi pulgar divaga tembloroso por la pantalla, mi corazón se acelera y la racionalidad de mi mente se pierde al ver la foto que acaban de publicar los de su curso. Me encuentro extendida sobre mi cama, cubierta por una toalla que rodea mi cuerpo y el pelo mojado que cae sobre mis hombros. Creí buena idea merodear por Instagram mientras espero que mi compañera venga a buscarme para ir a la discoteca donde se hará la fiesta de pre egresados de mi escuela. Aún faltan tres horas, así que le daré tiempo a mi cabello a que se seque naturalmente para aplicarle menos calor de lo que ya le aplicaré al plancharlo.
Como dije, lo creí buena idea hasta que me encuentro con esta foto y mi dedo no puede resistir el impulso de cliquear en ella para ver a los etiquetados. Automáticamente apreto el que me interesa.

Evan Forbes. Cabello y ojos castaños, cejas pobladas que intensifican su mirada, mandíbula a la altura de los pómulos, combinación que resulta increíblemente sensual.
Mi corazón se acelera aún más cuando recae en mi dedo la presión de: no vayas a dejar un puto like por ahí. Más cuando no sería la primera vez que me ocurría con él. Podría definir aquel momento como uno de los más tensos de mi vida. Apenas lo puse, apenas lo saqué. Moriría de la pena si llegará a saber que lo stalkeo hasta en sus fotos de diez años más o menos. Dentro de estos tres años (Sí. Tres. Lo sé, soy patéticamente idiota.) no me he atrevido a seguirlo, mis fotos no son tan agradables de ver que como las de él. Tampoco hemos intercambiado palabras, apenas habremos intercambiado miradas. Miradas intensas en las que me llego a preguntar; ¿acaso gusta de mí? ¿acaso tendré oportunidad con él?, pero luego caigo en la realidad de que podría estar viendo otra cosa, u otra chica. (O no).
Por un momento me entra una pizca de alegría al ver que ha publicado una foto nueva, pero cada vez me siento más estúpida. La abro. Está con su mejor amigo, Ryan, quien hay que admitir que sus padres también lo habrán hecho con mucha pasión. Si no conociera a Evan, probablemente estaría loca por él, pero no es el caso. Mis mejillas se encienden por completo cuando toco el botón del corazón por accidente, pero me calmo (aunque sigo como un tomate) cuando me doy cuenta que, en realidad, apreté bien la opción que quería y estoy entre sus comentarios. Imagínense las noticias: adolescente muere de un paro cardiaco tras creer que dio me gusta a la foto de su crush. Reviviría solo para suicidarme yo misma.

Deslizo hacía abajo con el fin de seguir viendo sus fotos, tomándome el tiempo suficiente para contemplar su perfección.

No es que este enamorada, ni nada por el estilo, ¿cómo se podría estar enamorada de alguien que no conoces? En todo caso, estarías enamorado de una perfecta ilusión creada por uno mismo. Y creo que eso es lo que me mantiene tan enganchada, la ilusión de lo que creo que es, sin decepciones, sin desilusiones. Tampoco se sí quiero algo más que su cuerpo, solo se que esa ilusión me entretiene en mis deprimente vidas. Lo curioso es que, a pesar de haber evolucionado psicológicamente, al saber que sienta como me sienta, si uso el sentido común, no soy inferior a nadie, me sigo sintiendo pequeña a su lado. Aquel cambio no solo es mental, porque cuando entendés eso, nace la actitud, lo que hace llevarte por delante al mundo. Y eso se nota.

El mensaje, por esta misma red social, me alerta de la hora... ¡Una puta hora paso desde que ví la foto grupal! ¿Qué carajos?

<<Supongo que ya estarás lista que estás conectada.>>

Escribe la compañera que me pasará a buscar dentro de dos rápidas horas.

<<Perra, te estoy esperando.>>

Contesto y me dirijo rápido a YouTube para poner algo de música mientras me preparo.

YOU SHOULD BE WITH ME [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora