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La mirada de WonWoo recorrió el lugar con gran sorpresa, sus amigos cercanos y algunos de sus alumnos más apreciados estaban esparcidos al rededor de la alberca sosteniendo globos, carteles coloridos y latas de cerveza. 

Un "feliz cumpleaños" al unísono le dio la bienvenida a su jardín, seguido de un beso de MinGyu en la sien disculpándose por haberle mentido para sacarlo de casa. 

Seungkwan se acercó a ellos con  un colorido pastel, simulando las manchas  que deja el óleo sobre la paleta cuando se combinan los tonos y sonrió pensando que Ese cliché solo pudo ser idea de su esposo. 

¿Cuántos años habían pasado ya desde que llegó a Estados Unidos? Sentía que había sido una eternidad, parecía tan difícil al principio al saberse solos en otro continente y rodeados de una cultura totalmente opuesta a la que se criaron, se sentía tan cálido ver que ahora estaba rodeado de felicitaciones, obsequios y personas a las que podía considerar parte de su familia. 

Todos los presentes comenzaron a cantar el típico feliz cumpleaños y los nervios se extendieron por su cuerpo, sin saber qué hacer con sus manos hasta que terminará la canción. 

Una oleada de aplausos y silbidos le anunciaron que era hora de apagar las velitas que ya cubrían la mitad de la torta, los años no perdonaba a nadie, pensó con cierta nostalgia justo antes de que Jeonghan le invitara a pedir un deseo. 

WonWoo cerró los ojos con la idea de que sería fácil. Uno, dos, tres segundos pasaron y su mente seguía completamente en blanco, no había nada material que pudiera desear, sus amigos más cercanos estaban ahí reunidos, su familia se encontraba saludable en Corea y su esposo sostenía su mano con fuerza como lo había hecho desde que podía recordar.

Podía echar un vistazo a sus cumpleaños pasados, a ese deseo que pedía una y otra vez con toda la fuerza de su corazón, ese deseo que se obligaba a mantener en secreto cuando Jeonghan lo presionaba sin descanso para revelarlo. Ya sonaba bastante triste en su cabeza, decirlo en voz alta sería incluso más patético. 

El castaño se obligó a cambiar la línea de sus pensamientos y MinGyu pudo ver las arrugas que se formaron en su nariz cuando hizo un mohin intentando desviar esos sentimientos, ya no había necesidad de seguir pidiendo lo mismo, de seguir rogándole a la vida que le concediera ese regalo, al fin lo habían alcanzado, estaba ahí, creciendo saludable en su vientre con su pequeño corazón palpitando con fuerza, regresandole las esperanzas que alguna vez creyó pérdidas. 

Ya tenía todo lo que podía desear, pero si se permitía ser un poco más ambicioso, solo una pizca, soplaria las velas con el deseo de que su bebé naciera saludable, no importaba si era niño o niña, lo amarían igual, lo único de lo que estaba seguro es que será el bebé más adorado. 

Wonwoo sopló con fuerza y una sonrisa se extendió en su rostro irradiando felicidad, le dio un mordisco al pastel a petición de Seungkwan y fue MinGyu el encargado de robarle el Chantilly que le quedó en los labios. 

La intensa voz de SeungCheol fue la que atrajo la atención de los presentes invitándolos a tomar una copa de champaña para celebrar el brindis, los más jóvenes fueron los encargados de repartir la bebida colocando una copa en la mano del festejado antes de darle tiempo de reaccionar. 

Las copas se alzaron y tras un último vítore estas se vaciaron en un santiamén, como si fuera lo único que estuvieron esperando toda la tarde. Solo una copa quedó suspendida a mitad del camino en medio de manos temblorosas por la emoción. 

Jihoon se abrió paso entre la multitud, observandole con otros entrecerrados como reprendiendolo por no disponerse a disfrutar de su cumpleaños como debería. 

A | 1 [ Meanie ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora