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Para medidos de Septiembre, el vientre de cinco meses de WonWoo ya Lucía incluso por debajo de las camisetas holgadas que acostumbraba a utilizar. Cada día que pasaba le daba a la pareja un poco más de seguridad, de que ese ser, ya no tan pequeño, llegaría sano a sus brazos.

Wonwoo redujo considerablemente sus jornada de trabajo en la universidad ya que con cada semana que pasaba el cansancio se hacía más evidente, procurando avanzar en casa tanto como le fuera posible. 

MinGyu no fue la excepción, parecía que el embarazo llegó para darle la vuelta a sus rutinas porque incluso el moreno terminó adaptando su propio estudio en casa para reducir las horas extras que pasaba en la oficina. El trabajo como tal no había disminuido ni un poco, por el contrario, sus nuevas ambiciones le habían impulsado a integrarse en proyectos más laboriosos pero al menos podría estar en su hogar para apoyar a su esposo en lo que pudiera necesitar.

— Profesor Kim —le llamó MingHao desde el comedor. WonWoo cerró los sándwiches qué había estado preparando para la cena y aprovechó para acercarlos a la mesa— 

— ¿Ya terminaste con ese capítulo? —preguntó acomodándose en una silla junto al menor, ojeando por encima el documento abierto en la laptop— 

— Aún me falta un poco pero está ligado con el capítulo siguiente, se supone que debo desarrollar un proyecto. Ya sea espectáculos de danza, una galería, show musical... —el menor enumeraba con sus dedos tratando de recodar aquellos que podrían resultar más sencillos— el problema es que es desde cero, involucrando Estados financieros y proyecciones de éxito. —terminó con un suspiro. Llevaba meses en eso y parecía que la graduación solo se alejaba cada vez más. Al menos la directora ya no estaba tras la él después de las últimas calificaciones—

— Sé que usted ha participado en diversas galerías y exposiciones, no sé si pueda apoyarme con su experiencia en esa área. —continuó el menor—

WonWoo tomó las hojas donde se describían los parámetros de calificación, cuantos puntos tenía que abordar para las mínimas aprobatorias y qué tipo de conclusiones esperaban, para considerarlo como un proyecto exitoso, aunque con cada punto que se agregaba a la lista estaba más lejos de su zona de confort. 

— Yo nunca me involucro en la parte de las finanzas —comentó repasando los documentos una vez más— a MinGyu siempre se le dieron mejor los números, es su área y me apoya en esa parte cuando a Jeonghan se le ocurre algo. 

— Está bien, solo era una idea. Muchas gracias —comentó el rubio con un ligero puchero. Ahora tendría que pensar de donde sacar esa información—

— Déjame ver cómo está MinGyu con su trabajo y tal vez el pueda orientarte con el uso de esas tablas ¿bien? —WonWoo le regaló una del sus sonrisas poco comunes antes de levantarse y tomar uno de los platos de la bandeja– ahora deja eso un rato y sírvete, vuelvo en un momento. 

WonWoo entró al estudio personal de su esposo, diversos libros sobre contabilidad, finanzas y carpetas enumeradas llenaban uno de los estantes a su espalda. El escritorio de madera oscura era robusto y antiguo, de los muebles que venían con la casa cuando la adquirieron años atrás. 

Un sofá de dos plazas descansaba junto a la ventana, que se había vuelto el rincón de lectura de WonWoo mientras su esposo trabajaba en silencio, como una forma de estar más cerca de él. 

El resto de la habitación estaba vacía, se habían deshecho de casi todos los muebles que guardaban ahí, quedando paredes limpias de un blanco prolijo que aturdía a WonWoo cuando le prestaba demasiada atención. Sin duda le hacían falta un par de adornos. 

A | 1 [ Meanie ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora