Llegué a casa después de hacer los papeles de la inscripción universitaria y de firmar los documentos de la venta oficial de la casa de mi abuelo.
Había sido un día ajetreado, siendo honesta, realmente había echado de menos esta ciudad.Para relajarme un poco decidí estrenar la bañera con unas sales aromáticas que había comprado antes de mi vuelo a Corea.
Durante ese baño simplemente me dediqué a escuchar música y a desconectar.
Cuando ya iba por la quinta canción, me llegó un mensaje. Era Dahyung, enviándome la ubicación del karaoke donde esa misma noche actuaba. Le respondí al mensaje con un simple "Nos vemos allí".Cuando terminó la canción Eternal Sunshine decidí salir de la bañera y secarme, para dirigirme hacía mi nueva habitación.
Una vez allí busqué en el armario la ropa que llevaría esa noche. De decisión final fueron unos tejanos básicos y un jersey blanco, juntamente con mi querida chaqueta negra y un pequeño bolso para guardar mis objetos personales.
Caminando por las calles de Seúl entre en un trance que me mostraba todos mis recuerdos en esa ciudad, con todos mis antiguos amigos.
Cuando llegue al local, Dahyung al verme me abrazo muy fuerte y yo simplemente me reí un poco por su acción. Sentí como mis mejillas ardían. Hacia tiempo que alguien me hacía sentir así.
-¡Me ahogo!- Le dije riéndome.
-Te he echado de menos enana- dijo después de darme un beso en la frente.
-Yo también tonto- Respondí tocándole con mi dedo índice su mejilla.
Hacía dos años que no nos veíamos y parecía que estábamos más unidos que nunca.
Mi vista se desvió un segundo, colocándose en los ojos de él.