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Sus ojos me hipnotizaron, la mirada del chico inocente y joven que conocí una vez ya no era cómo había solido ser. Su mirada había cambiado, era fría y calculadora pero se podía ver esa esencia que siempre había dado.

Qué le había pasado a esos ojos, que mostraban alegría todo el tiempo. ¿Qué no me había contado? ¿Qué me había perdido?

Recordé su sonrisa por un instante. Esa sonrisa tan perfecta que me hacía sentir bien, me hacía sentir protegida del mundo.

Había más gente en ese lugar, pero yo sólo podía centrarme en él.

Se aceraba hacía mi y mi corazón empezó a a descontrolarse, sentí cómo me abrazó pero no pude reaccionar. Sentí un sentimiento extraño en mi interior, parecían mariposas descontroladas.

Finalmente mi cuerpo decidió responder y correspondí a ese abrazo.

-¿Cómo está la chica más bonita de Seúl?- Me susurró en la oreja mi mejor amigo.

En ese momento miré otra vez a esos ojos. Esos ojos que estuvieron conmigo todas las noches que lloraba sin parar. Esa mirada que una vez estuvo puesta en mí.

La mirada de la persona que más quería. A pesar de todo el tiempo que estuvimos separados, volvíamos a encontrarnos.

Y gracias a él me volví a sentir protegida del mundo.

ButterflyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora