Creía que mis palabras hacia él eran inequívocas,
y realmente la que me equivocaba era yo.
Mis manos dejaron de controlar el timón de mis pensamientos,
y mi sinceridad se ahogó en los silencios de conversaciones frías
que dejaban atrás una historia por contar.
Cuando por fin tomé el control,
ya nos habíamos ahogado en un un ojalá fuera de lugar.
Ahora trato de nadar a la superficie y sacar a flote nuestra historia,
salvándola de mis manos torpes para que no vuelva a hundirse,
salvándola de mis palabras inequívocamente equivocadas.
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El perfecto desastre que habita en un "nosotros"
Roman d'amourEsto no es un poemario, de hecho es un conjunto de escritos de versos sueltos y sin rienda alguna. El poema eres tú que me sirves de inspiración en este viaje, por supuesto lleno de ilusión y magia.