VI

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24 de Diciembre.

Me comencé a preparar a eso de las 6:30 de la tarde. No sabía porqué tan a fondo, ni porqué tanto, ni porqué tan excesivamente pronto.

Me di una ducha, me puse como dos mascarillas de cara, me pinte las uñas y me tiré delante del armario unos 15 minutos. ¿Qué debía ponerme? Quería ir arreglada, pero pensaba qué quizás un vestido era demasiado arreglado, tenía curiosidad por ver como iban a ir Hangyul y Seungyoun, aunque si Seungyoun se presentaba con su pijama de DragonBall no me iba a sorprender en absoluto.

Después de tanto pensarlo, cogí una falda de vuelo negra, me llegaba por la mitad de los muslos, debajo llevaba unas medias negras y arriba una camisa algo informal en un tono rosa claro. Me maquille un poquito y me hice una trenza hacia un lado, dejándola caer por mi hombro. Me di un último vistazo en el espejo y sincera y extrañamente, me gustó como iba, me sentía guapa y segura de mí misma.

Cogí algunos regalos que compré a Seungwoo, Wooseok, Hangyul y su familia... Y tengo que admitir qué me maté las neuronas pensando en algo para Seungyoun.

Sí, le compré un regalo de Navidad a Seungyoun casi sin conocerlo, vale.

Cogí el autobús para llegar a tiempo a casa de Hangyul y cuando por fin llegué, tarde unos 4 minutos en decidir si tocar o no al timbre.
No era la primera vez que iba a casa de Hangyul, hasta había dormido allí, pero el hecho de saber que Seungyoun iba a estar presente me hacía estar alerta de algún modo. Seguía teniendo ese interés en él, pero era distinto, no sabría explicarlo.

Me decidí y toque al timbre de una vez. Me abrió la puerta el padre de Hangyul, me halagó y me invitó a pasar.

Cuando llegué, Hangyul fue a recibirme con un cálido abrazo. Le respondí de la misma forma. Gyul estaba guapísimo, llevaba una camisa azul y unos vaqueros oscuros.

- ¡Estás guapísima! Pero no más que yo. Lo siento.

Hangyul y su romanticismo y caballerosidad.

No pude evitar reír y me acerqué al salón.
Cuando me adentre a él pude ver a Seungyoun ayudando a poner la mesa, y eso no fue lo único que me pareció demasiado tierno.
Llevaba unos vaqueros oscuros y una camisa de cuadros roja y negra. Su pelo estaba hacia arriba y un lado, acompañado de una diadema de renos de Navidad, lo que me produjo un total ataque de ternura.

Se giró y me vio allí parada medio riendo y pareció darle vergüenza, ya que se puso algo colorado y comenzó a reír tímido.

- Que tierno eres primito. - Hangyul vaciló un poco y Seungyoun le contestó tirándole un cojín a la cabeza y riendo.

- Cállate Hangyul-innie.

A Jooheon pareció no gustarle la broma y se puso serio en menos de 4 segundos. Sabía que en el fondo estaba de broma, pero a veces Hangyul daba miedo y risa al mismo tiempo cuando hacía esas cosas.

- Si vis pacem, para bellum, Yeon. - Hangyul le hizo un gesto de alerta.

- ¿Qué dices? - Seungyoun comenzó a reír y eso me hacía reír a mí, porque en realidad, esa escena de Hangyul con una mueca seria, "discutiendo" con Seungyoun, el cual llevaba una diadema de renos en su cabeza, era bastante graciosa.

- Ha dicho que si quieres la paz, prepares la guerra - yo misma le contesté a Seungyoun - desde que dimos esa clase de latín se volvió algo loco.

Seungyoun empezó a reír más y a Hangyul se le pasó el enfado y comenzó a reír también.

La madre de Hangyul apareció en el salón y cuando me vio vino sonriente y contenta a darme un abrazo. Me dijo que estaba muy guapa, a lo qué se le sumaron Hangyul y su padre diciendo lo mismo. Aún que, la verdadera vergüenza la pasé cuando Seungyoun se pronunció. Y dijo algo así cómo; "ella ya es guapa, pero sí es verdad que hoy está demasiado guapa".

Soy una chica a la que siempre le había dado una tremenda vergüenza el que le hagan tantos cumplidos, pero jamás me había dado tanta vergüenza como me dio con Seungyoun. Tal vez era porque no lo conocía apenas. Pero, entonces no tenía mucho sentido, ¿no?

Nos sentamos a cenar y comenzamos a hablar.
La familia de Hangyul era lo más agradable que podías encontrar en el mundo y se portaban muy bien conmigo.

La madre deHangyul comenzó a contarme cosas sobre Seungyoun y Hangyul de niños.

- Cuando eran pequeños ellos dos estaban siempre juntos. Se amaban y se odiaban. Pero a los 4 minutos, se volvían a amar. Una vez, con 8 años, estuvieron enfadados durante todo el día - la madre de Hangyul empezó a reír, era tan tierna - resulta que oímos un ruido, y cuando mi hermana y yo fuimos a ver qué pasaba, nos encontramos con ellos dos tirados en el suelo. Hangyul llorando, y un jarrón roto. Mi pequeño Hangyul no paraba de llorar y decir qué era culpa de Seungyoun, mientras que el demonio de Seungyoun se reía.

Seungyoun parecía acordarse porque explotó en una carcajada, lo qué hizo que la madre de Hangyul riera aún más.
Quién parecía acordarse también pero no reía era Hangyul.

- ¡Es que es verdad! - gritó indignado - ¡Él me mordió el brazo así porque sí y me hizo daño. ¡Entonces fue cuándo me di con el jarrón!

Comencé a reír yo también y Hangyul me fulminó con la mirada.

- ¡No te rías! ¡Es verdad! Seguro que aún tengo la marca, ya verás.

Hangyul comenzó revisar su brazo en busca de rastros del mordisco de Seungyoun mientras que su madre me estuvo contando aún muchas más anécdotas graciosas. Sentí curiosidad por preguntarle a Hangyul porqué nunca me habló de Seungyoun, pero pensé que sería mejor preguntarle a solas.

Se hizo algo tarde y pensé que sería mejor irme. Cogí mi abrigo cuando el padre de Hangyul me paró.

- ¿Por qué no te quedas a dormir? Es muy tarde para que vayas tu sola.

La madre de Hangyul y él mismo aparecieron.

- Es cierto, quedate y mañana te vas. - añadió Hangyul.

- Os lo agradezco pero sería ya abusar mucho. - les contesté.

- ¡Déjate de cuentos! - gritó la madre de Hangyul - Sería abusar si nosotros no te hubieramos invitado. Y no es la primera vez, y seguro que ni la última que duermes aquí.

Tras convencerme a medias, subimos a la habitación de Hangyul a coger algo para usarlo como pijama.
Al abrir la puerta sentí como mis mejillas tomaban un color algo rosado de más.
En la habitación se encontraba Seungyoun sin camiseta. Estaba cogiendo otra que parecía ser su pijama. Él se sorprendió tanto como yo y rápidamente se tapó mientras Hangyul estaba tan tranquilo.

- Hoy duermes conmigo, Yuri dormirá en tu habitación provisional - le dijo Hangyul - ¿y qué te dejo yo a ti de pijama, Yuri?
Seungyoun abrió un cajón y cogió algo que me sonaba y me la dio. Era la primera sudadera que me prestó cuando lo conocí en la cancha de aquel parque.

- Puedes dormir con esto si quieres.

Acepté y me la puse, era muy ancha y calentita, y qué demonios, ¡olía estupendamente!
Fui a la habitación dónde dormía normalmente Seungyoun y al tumbarme en la cama sentí un abrazo por parte del olor que transmitía la sudadera y la almohada, aunque claro, la sudadera y la cama, olían a Seungyoun y al caer en la cuenta de eso, comencé a reír como una tonta y a comenzar a pensar qué estaba loca.

hoodie -  cho seungyounDonde viven las historias. Descúbrelo ahora