3er Capítulo: El encierro

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Cuando la puerta abre por completo acelero para dirigirme a mi jardín trasero ya ahí nos adentramos en el bosque, pero reduzco la velocidad para no chocar con un árbol hasta que llegamos a un sendero, pero entonces nos sorprende una bien camuflada Mantis religiosa y encaja una de sus patas en la parte trasera del auto y se dispone a arrastrarnos, pero acelero al máximo y le arrancamos la pata después aparecen otras 2 del tamaño de un poste de luz a los lados del sendero y les digo a todos que se abrochen el cinturón para zigzaguear entre los puntos ciegos y por suerte las esquivamos y ya el lugar a donde vamos no está muy lejos, manejamos durante 30 minutos sin inconvenientes y después llegamos al lugar.

-Anaita: ¿Ya llegamos? Por qué no veo nada seguro aquí – dice al ver alrededor porque seguimos rodeados de bosque –

-Gabriel: aunque me cueste admitirlo la oveja tiene razón – dice mirándome por el retrovisor –

-Yo: escuchen con mucha atención porque no tenemos mucho tiempo... yo me bajare primero y Dante se pasará al asiento del conductor, adentro hay un arma apenas abra la puerta entrare para buscarla y cubrirlos mientras meten el auto ¿entendieron? – digo preocupado, pero con un tono de voz exaltado –

Al bajarme del auto saco mi teléfono rápidamente y activo el protocolo de "protección" de repente del suelo se eleva una placa metálica como a 3 metros de donde estamos, salgo corriendo y al entrar busco un arma cuando la encuentro siento un estruendo en el suelo y al ver hacia afuera veo un gran número de hormigas acercándose e inmediatamente empiezo a quitar las provisiones para hacerle espacio al auto después salgo y le hago señas a Dante para que entre, mientras empiezo a disparar y trato de darles a la parte trasera de las hormigas, cuando el auto está adentro bajo una palanca que tengo a mi izquierda y la puerta se cierra aplastando a varios insectos y cortando varias partes de ellos.

Después de unos minutos adentro los chicos se bajan del auto y empiezan a ver la habitación en la que estamos.

-Gabriel: Apolo nunca nos dijiste que tenías un bunker – dice asombrado al ver el potencial del refugio –

-Yo: mis padres lo mandaron a construir hace años para una situación de emergencia – digo distante – Dante lo hiciste bien con el auto – digo mientras abro la parte de atrás del auto para empezar a sacar las cosas –

-Dante: gracias, pero Apolo ¿cuánto podemos resistir con esas provisiones? por qué solo veo como 10 cajas y lo que trajimos de la mansión durara 2 semanas si no es que menos– señala a las cajas que están a los lados del auto y hace notar su preocupación por que somos 4 animales ósea 4 estómagos que llenar –

-Yo: bueno aquí hay una pequeña parte, pero abajo hay como para 10 años, 15 si racionamos la comida – digo sacando cálculos, pero en eso todos abren los ojos como platos y quedan boquiabiertos por la cantidad –

-Gabriel: ¿y por qué nos hiciste traer todo esto de la mansión? – dice algo molesto por que aquí tenemos comida y agua de sobra –

-Yo: porque no sabía si llegaríamos aquí y si no hubiésemos llegado ahorita estaríamos allá afuera y te aseguro que agradecerías tener esas cosas en el auto ... por eso preferí estar preparado – digo un poco temperamental, pero es por el estrés de la situación –

-Anaita: dis ... disculpa ... ¿no sabes si entre esas provisiones ... hay ensaladas verdad? – dice precavida al notar mi estado de ánimo –

-Yo: no lo sé tendríamos que revisar, pero mientras tanto puedes comer de lo que trajimos de la mansión hasta que encontremos algo más sano ¿ok? – me controlo y le logro hablar de forma amable ya que es una chica y también un animal de presa que tiende a asustarse muy rápido y eso aumenta al estar encerrada con 3 depredadores –

Enamorado de tu olorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora