9.

319 14 0
                                    

Llegamos al centro comercial. Genial, había gente en todos lados. Fuimos directa a una tienda que, la verdad, era perfecta. No era lo demasiado pija, y nada choni. Así que, tan solo me encantaba. Había muchos vestidos donde elegir, todos preciosos, nada extravagantes.

Estuvimos mirando vestidos como media hora, lo cual era algo normal para Tiff pero algo antinatural para mi hasta que lo vi. Vi el vestido perfecto. Como hecho para mí, y no suelo llevar muchos vestidos. Pero éste era amor a primera vista, o, mejor dicho, amor a decimoquinto vestido, más o menos.

Era un vestido ceñido hasta la cintura, a partir de ésta tenia vuelo, pero no demasiado como parecer un paraguas o un paracaídas o algo así. Era de manga larga, pero las mangas estaban hechas de encaje. Por la espalda también tenía encaje, y por la parte delantera. Hacía una forma de corazón en la parte del pecho, y, como ya he dicho antes, encaje hasta unos centímetros más abajo que el cuello. Era de color rosa palo. Fino, sencillo, nada extravagante, ni de prostituta. Perfecto para una fiesta formal.

No me lo pensé dos veces y lo cogí. Me fui corriendo al probador sin decirle nada a Tiff, pero como me vio algo entusiasmada, y paranoica, me siguió. Me lo probe, me mire al espejo, y... me sentía genial. Creo que nunca me he sentido guapa, o al menos no lo suficiente como para encajar en esta sociedad, pero con este vestido era todo diferente. Me sentía guapa, por fin.

Salí del probador, y Tiff me miraba con una sonrisa enorme. Se le notaba que estaba feliz por verme a mí sonreír tanto. La quiero demasiado...

-¡Wow! Estas perfecta. Te queda genial.

-¿Eso crees?

-No, te lo digo por pena, ¡claro tonta! Estás perfecta.

-Muchas gracias Tiff, te quiero.

Me avalance sobre ella, y le di un fuerte abrazo.

-Ya, sueltame porque no quiero que te quedes sin mejor amiga por un homicidio involuntario.

-¡Pero te quiero mucho! - dije riendo.

-Lo sé, lo sé cariño. Pero... ¡me estas ahogando!

-Ay, perdón. - Dije soltándome de ella. - Pero es que a veces me pareces tan adorable y achuchable... - Dije cogiendole los mofletes, poniendo cara de abuela.

-Pero te recuerdo que no soy un peluche. - Me quitó las manos que tenía todavía en sus mofletes, y me miró de arriba abajo.

-Entonces qué, ¿te lo vas a llevar?

-Si.

-Genial, pues cambiante y ayudame a mí a buscar un vestido.

-Si, señora. - Dirigí mi mano a la frente, en forma de orden y me metí al provador. Tiff se estaba riendo. Me cambié, cogí el vestido y salí.

-Vamos.

Después de estar unos diez minutos más o menos buscando el vestido, cuando Tiff pegó un grito y corrió hasta un perchero como una loca. Todo el mundo la miraba con una cara de miedo, pero algo graciosa. Fui detrás de ella.

-Este.

Sostenía un vestido negro, no lo pude ver muy bien porque me cogió del brazo y corrió, bueno, más bien me arrastró hasta los probadores. Esperé durante cinco minutos cuando corrió la cortina del probador dejando ver el vestido. Abrí la boca, es más, creo que se me desencajó porque no podía cerrarla. Era un vestido precioso. Era negro, como ya he dicho antes, era de tirantes gordos. Ajustado por la parte de arriba, suelto a partir de la cintura. En la espalda los dos tirantes de arriba se cruzan, formando una cruz, para luego juntarse las dos tiras en los costados del vestido. En el centro de la cruz tiene un lazo, negro también. Le quedaba genial. Tiff tiene un cuerpo diez, y ese vestido se lo realzaba, pero sin parecer una prostituta, o, ahora, una chica de 14 años.

No sin tí - Bradley Will Simpson(mejorando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora