Una Familia Maldita [parte 1]

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Perspectiva 1: Adam Copper.

Ya había pasado dos años desde la última vez que había visto así a aquel ángel de pelo castaño, sinceramente me pone algo decaído no poder contemplarla nuevamente, pero lo bueno en esto es que por fin pude hablar con ella y logre que nuestra relación de, por el momento, amigos, se fortaleciera, pero bueno. Pasando ya a otro punto, en si era otra pesada mañana de esas en las cuales no quieres levantarte de tu cama tan caliente y cómoda pero lastimosamente esta la desgracia de saber que aunque no quieres debes despedirte de aquella trampa de Morfeo y empezar las labores y la rutina del día a día, así que sin más me pare de aquel revoltijo de sabanas para acto seguido dirigir de manera muy patosa mi pobre cuerpo somnoliento al baño para bañarme, obligarme a despertar y dejar el sueño desvanecerse en las gotas de agua helada, al salir de este prácticamente ya era un hombre totalmente renovando y fresco, estaba listo para salir a realizar todas aquellas aburridas y pesadas labores, claro y hubiera salido sin más si no fuera porque sentía algo de frio y como no hacerlo, por el apuro había olvidado que aun no me había colocado la ropa, vaya descuido.

Sin hacer mayor espera al asunto busque entre mis cajones alguna prenda decente para esta mañana tan atareada lo cual no fue tan dificultoso, me coloque la ropa interior para posteriormente ponerme la camisa color celeste, las medias, los pantalones, esos feos zapatos color negro, mi corbata y por ultimo mi saco, luego coloque en mi maleta como muda de ropa mi polo gris con rayas negras, mi bluejeans, medias y mis vans; coloque la toalla de baño en mis hombros, me peine adecuadamente y fui a colgar la toalla en el patio para que secara, luego tome mi bolso para seguido irme a mi trabajo.

Las calles estaban casi desiertas por la hora y no era para menos, aun era muy temprano, por lo que algunos suertudos aun podían estar calientitos en su cama, triste era mi realidad que yo tenía que sentir aquel helado viento recorrer todo mi cuerpo y helarme las manos, mi caminata, en dirección a mi trabajo, era muy aburrida y el silencio casi sepulcral de las calles no ayudaba mucho, ya cansado de eso saque de entre mis cosas un pequeño reproductor de música y unos audífonos, prendí el aparato y le puse play a la primera canción que apareció en este, la cual ya estaba predeterminada, me coloque los audífonos y empecé a escuchar “Radioactive” de Imagine Dragons, la cual de por si era una de mis canciones favoritas y era perfecta para los momentos en los que me hallaba en esa aburrida caminata hacia mi lugar de trabajo preferido, nótese el sarcasmo en aquello, pronto mi aburrido camino se transformo en el más grande escenario, cantaba alegremente aquella canción e incluso llegaba a saltar o hacer alguno que otro paso de baile, daba igual, de todas formas la calle estaba vacía y nadie se reiría de mi, momentos así son los que me hacen creer que todo es posible, tristemente hay algo está ahí, esperando para despertarte de todas tus fantasías con un fuerte golpe, la realidad, es así como, igual de simple que fue perderme en la música, fue despertarme de mi ensoñación al hallarme frente a mi trabajo.

Un simple y pequeño cubículo de oficina es donde tenía que pasar todas mis mañanas, en un silencio total, pero a pesar de lo pesado que pueda parecer este trabajo, tenía que hacerlo, yo no tenía a nadie para ayudarme y por necesidad me vi en la obligación de conseguir un trabajo totalmente discreto, en si hasta tuve que cambiar mi identidad, era un fugitivo, la verdad que aquí he podido vivir tranquilo, pero a pesar de eso aún temo por que en algún momento alguno de mis perseguidores me encuentre y me asesine, por eso debo tener extremo cuidado de no ser descubierto y seguir con esta rutina para poder sobrevivir.

Terminado mi trabajo en la oficina me dirigí a la universidad, ya me había cambiado y estaba listo por lo cual no tendría que perder más tiempo en volver a casa, era de vital importancia llegar lo más temprano posible a clases a pesar de ser un turno nocturno se tomaba muy enserio la puntualidad, pero bueno entre más pronto llegue más pronto podre relajarme de estar con el típico “voy a llegar tarde”

Estudio Arquitectura y la verdad me encanta, aunque hay veces que las clases eran bastante pesadas, pero de igual forma es mí deber cumplir, al llegar por fin a la universidad y notar que aún faltaban unos minutos, pude respirar tranquilo, entre y me dirigí a mi casillero del cual saque lo necesario para la clase y claro aprovechar para dejar mi bolso.
Las clases iniciaron y pronto el profesor entro por la puerta

-buenas noches alumnos- dice con su acento tan extraño

Un “buenas noches profesor” se escucha a coro en el salón

-Bueno y que esperan, saquen sus apuntes ya inicio la clase- dijo para después voltear su cuerpo en dirección al gran pizarrón.

Y tan rápido como habían empezado las clases, concluyeron, la verdad una pequeña parte de a mi le daba tristeza tener que irme, pero el resto me mi cuerpo se regocijaba por eso y no porque no me gustan las clases, es mas es todo lo contrario y además la principal razón de todo esto es que podre encontrarme con el ángel de cabellos castaños y hoy al fin expresarle mis sentimientos.

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