Una Familia Maldita [Parte 2]

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Perspectiva 2: Mica Rollers

Era otra aburrida mañana, por obligación debía quedarme en casa junto a Miranda, mi hermana, es muy aburrido porque no podemos salir para nada, ni siquiera podemos abrir una ventana o cortina y no, no es porque seamos vampiros o algo así, pero cada vez que estamos bajo el sol prácticamente desaparecemos, y bueno, si, somos una clase de monstruo o como quieran llamarlo, la verdad es que somos fantasmas, pero no cualquier clase de fantasma, sino que somos las hijas de el rey del limbo, me explico mejor, nuestro padre es el encargado de todas y cada una de las almas humanas, él envía las almas al cielo o al infierno y se encarga de vigilar el limbo, se que hablar sola de mi historia es raro, pero nunca dije que fuera alguien normal.

La oscuridad es el único lugar donde tenemos fuerza y podemos poseer un cuerpo físico y no, no es ocupar a otro humano, si no que nuestro cuerpo espectral puede volver a ser como el de un humano, es nuestra apariencia y cuerpo propio, genial ¿verdad?

A veces cuando quieres que el tiempo pase más rápido, este se vuele aun más lento, casi puedes sentir como pasa cada segundo en total aburrimiento, me siento como rapunzel en su torre, totalmente atrapada, bueno con la diferencia de que mi cabello es castaño y además es más corto y claro, también que en vez de Pascal tengo a mi hermana.

Y bueno creo que la única parte buena de estas aburridas mañanas era el fantasear con poder volver a encontrarme con él, si, puede  que al principio me hubiera parecido solo un extraño acosador que siempre terminaba por cruzarme, pero con el tiempo logre conocerlo más, me hice su amiga, la verdad es que junto a él cada momento es especial, él me hace sentir especial, es muy gracioso y atento, puede que algunas veces sea algo extraño pero así me agrada mucho.

Y todo gracias a mi hermana, me explicare bien, mi hermana y yo siempre regresamos juntas de la universidad, pero desde aproximadamente dos años que ella se ha alejado de mí y empezó a irse con otras personas, en ese lapso de tiempo tuve la oportunidad de conocerlo y la verdad no me he arrepentido en nada en lo absoluto, la verdad hasta me gustaría a sobrepasar esa delgada línea entre la amistad y el amor aunque sé que es totalmente imposible, ¿porque? Pues sencillo, los fantasmas sólo pueden tener relaciones amorosas con otros fantasmas eso incluye la relación de novio y el matrimonio, oh y  no es porque seamos fantasmas y no sea posible tener hijos o una relación con un mortal, si no que así lo implica la ley de los fantasmas , a mí en lo personal me parece una regla horrible, pero bueno yo no puedo hacer nada, las leyes tan antiguas como esa no se pueden cambiar ni siquiera por mi padre, el rey, vaya desgracia, por eso desprecio al que se atrevió a decretar esa absurda ley.

Al llegar la tarde mi padre entra por la puerta de la casa.

-Chicas ya llegue-grita desde la entrada

rápidamente salgo a recibirlo- hola papi, ¿cómo te fue?-

mi padre suelta una leve risa y me dedica una cálida sonrisa para luego responderme- bastante bien Mica, no hubo mucho trabajo hoy-

-¿dejaste a cargo a Dominic?- le pregunte

-si hija, por cierto ¿y tu hermana?- me dice intrigado de no ver a mi hermana junto a mi

-no lo sé, supongo que en su cuarto- le respondí sin tomarle mayor importancia al asunto

-bueno, ¿puedes ir a llamarla? Pronto deberán ir ya a clases- me dice con su voz tan serena como siempre

Asentí rápidamente y fui en dirección al cuarto de mi hermana el cual tenía la puerta color roja, una perilla Privacidad color plateado y…estaba cerrada.


-Miranda ¿Estás ahí?- pregunto mientras toco la puerta

Sin embargo nadie contesta, tuve la leve esperanza que simplemente no haya escuchado por lo que seguí tocando, pero aun así no hubo respuesta.

Rápidamente corrí en dirección a la sala, donde se hallaba mi padre, al llegar le informe lo sucedido, la verdad estaba muy asustada, Miranda nunca había hecho cosas como no contestar si se le llama, mi padre rápidamente va al cuarto de mi hermana y abre la puerta con la llave, que solo él y Miranda tenían, pero al entrar no había absolutamente nadie.

Después de un rato tuve que ir a clases yo sola, ¿mi padre? Bueno el estaba exasperado, pero sé que más que todo estaba muy, tal vez demasiado preocupado y la verdad yo también lo estaba, pero ahora tenía que concentrarme en las clases, apure el paso para llegar lo más pronto posible a la universidad.

Había llegado justo a tiempo, vaya, creo que deberían ampliar el horario, así al menos tendría más tiempo para llegar, entre con mis cosas y fui en dirección a mi clase, al llegar me di con la grata sorpresa de que el profesor aun no había llegado y que Miranda estaba ahí, sonreí ampliamente y entre.

-¡Miranda! Oh que alegría estabas aquí- dije con una sonrisa

pero Miranda ni se inmuto- ¡hey! ¡¿Me oyes?!-pase mi mano por delante pero al tratar de tocarla esta se desvaneció, ¡era un holograma!


Terminaron las clases, aun no me podía creer lo de Miranda y el holograma, Salí con mi maleta en hombros y seguramente con una cara que daba mucha risa, pero bueno, estaba por regresar a mi casa cuando alguien me jala del brazo y me lleva a un callejón oscuro.


La verdad no pude identificar a mi captor, hasta que escuche su voz.


-Mica, que bueno que te encontré a tiempo- esa voz… ¡era Miranda!

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