Lienzo || Wonhyuk

~ El desafío ~

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Minhyuk miraba perdidamente por la ventana, siendo víctima, otra vez, de sus absurdos y creativos pensamientos. Fuera, el día era radiante y una fresca brisa, que ingresaba por el ventanal a su izquierda, lograba equilibrar el ambiente lo suficiente como para no sentir el sofoque propio de la primavera.

—… por eso mismo, desde la cátedra hemos pensado que, como trabajo final, presenten una obra libre donde el tema que deberán expresar sea el siguiente — La voz firme y retumbante de su profesor de pintura y grabado le trajo nuevamente a tierra, y entonces Minhyuk prestó atención nuevamente a la filmina que se estaba exponiendo.

En ella, podía leerse "Belleza humana, desde la simpleza".

El rubio llevó sus manos hasta la base de su cabello y, enterrando sus largos y finos dedos en el, se frotó repetidas veces en un acto nervioso, dejando salir un lento suspiro tambien. Era un tema difícil de expresar, y necesitaría de un buen modelo para llevar a cabo lo que sea que se le ocurriera en las próximas semanas. "Mierda, estoy tan jodido", pensó con frustración.

Finalmente, el timbre de finalización de clases sonó y el ambiente recobró vitalidad de a poco, sus compañeros empezando a tomar sus cosas para retirarse del lugar, algunos en compañía de sus amigos y otros solos y silenciosos. Su mirada, inconcientemente, se dirigió a esa mesa de trabajo que bien conocía, y detestaba… o más bien, detestaba a quién la utilizaba.

Chae Hyungwon, cabello oscuro y ligeramente ondulado, cayendo hasta casi tocar sus anchos y perfectos hombros, ropa de marca y siempre en tendencia y además… unos ojos tan grandes y brillantes que solo encontraban competencia en esos carnosos, y arrogantes, labios que lucía. Era, sin lugar a dudas, la belleza del departamento de artes plásticas, y… su competidor personal desde hace años.

Hyungwon reía en presencia de sus "amigos", gente falsa que bien sabia se colgaban de la fama y la influencia de estar a su alrededor, mientras tomaba su celular para, seguramente, llamar a su novio perfecto, Son Hyunwoo. "De seguro le pedirá a él para ser su modelo, maldita sea estoy jodido con esto", disgustado, Minhyuk tomó sus cosas y salió lo más pronto posible de ese asfixiante aula.

Era la hora del almuerzo, por lo que no le extrañó que unos minutos después sintiera su propio celular vibrar con insistencia dentro de uno de los bolsillos de su jean.

— Hey — Murmuró, sabiendo quien se encontraba del otro lado de la línea.

— Apresurate si no quieres comer pepino, por que hay mucha gente aquí ya — Su mejor amigo, Kihyun, le avisó.

Minhyuk no disimuló nada su expresión de asco cuando escuchó nombrar ese dichoso vegetal que tanto odiaba — Voy corriendo.

Con pasos rápidos y largos, en pocos minutos ya se encontraba en la fila para servirse su ración. Mientras esperaba allí, intercambió algunos mensajes con Kihyun, sabiendo en que sector se habían sentado ese mismo día y así poder encontrarlos más pronto.

[…]

— Deja de jugar con tu comida, ese arroz estaba salteado, ahora es revuelto — Kihyun se burló del plato del mayor, cansado de verlo jugar con el y no probar bocado.

— ¿Qué tienes Min? No has dicho mucho desde que llegaste y eso es raro en ti — Jooheon, al lado del más bajito, preguntó mirándole con preocupación.

Minhyuk suspiró con pesar, mirándoles. "Ah, el amor, hasta piensan al mismo tiempo" pensó al darse cuenta que la pareja terminaba sus enunciados juntos.

— Tengo un problema — Habló el rubio, dejando de lado sus palillos y su arroz — Me dieron la consigna para mi trabajo final sobre pintura, y voy a necesitar un modelo pero va a ser difícil…

— Puedo ayudarte con eso, solo tienes que pedírmelo — Kihyun interrumpió a su amigo, posando su mano sobre su mentón y haciendo un pequeño gesto, pero no obtuvo las reacciones que quería.

Minhyuk le miró mal y luego rodó sus ojos, mientras que Jooheon intentó disimilar su risa haciendo como que tosía, para luego darle un trago a su lata de gaseosa. El más bajo le dió un codazo en su costado y luego cruzó sus brazos, enojado.

— No te ofendas, pero no eres mi ideal de modelo, necesito mostrar belleza, no ego — Se jactó el rubio, metiéndose el primer bocado de su comida.

— Perdóname amor, me tomaste desprevenido pero sigues siendo hermoso, lo sabes — Jooheon se le acercó, rodeando su cintura y dejando un tierno beso en su mejilla. Kihyun solo rodó sus ojos y le acarició el rostro, mientras el pelinegro posaba su cabeza en su hombro.

— Como sea, con esa actitud no vas a conseguir a nadie, idiota.

Minhyuk bufó y desvío la mirada — No puedo conformarme con cualquiera, necesito al mejor para derrotar a Hyungwon…

Los rostros de la pareja eran fáciles de leer, "aquí va de nuevo…" era lo que pensaban.

— ¿Sabes qué? — Kihyun le interrumpió, harto de escuchar la misma diatriba de siempre — Haz algo útil, en vez de odiar a alguien, y acompáñame a llevar unas cosas al salón de teatro, puede que en el camino encuentres a tu alma gemela, o lo que sea que busques.

— ¿Y por qué no te ayuda Jooheon? No puedo perder tiempo con ese tipo de cosas — Se quejó, llevándose otro bocado a sus labios.

— Tengo composición músical en la proxima hora Minhyukie, perdón — La tierna sonrisa en su rostro podría parecer de disculpas, pero Minhyuk lo sabía mejor, "traidor" pensó el mayor.

— Bien, pero me debes una hamburguesa — Minhyuk sonrió con picardía al mirar a su mejor amigo, el castaño suspiró y aceptó.

— Termina de comer, y luego vamos por las cajas.

Jooheon entonces miró la hora en su celular y se incorporó, tomando su bandeja de la mesa — Me queda poco tiempo y tengo que buscar mi laptop al auto, si me disculpan… — Se despidió del rubio con un gesto de su mano y luego se agachó un poco para besar a su pareja.

Kihyun le sonrió al separarse, y Minhyuk no puedo evitar su rostro de asco, claramente en broma. Adoraba la relación que tenían, y ver a Kihyun feliz era importante para él.

Su mejor amigo sufrió durante mucho tiempo, inseguro sobre su forma de ser, pensando que jamás nadie querría compartir su vida con él… pero un día, un chico con bonitos hoyuelos le sonrió en la fila de la cafetería.

Y solo eso bastó...

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