Capítulo 27.

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Sonic caminaba por el pueblo que estaba en el Santuario, algunos habitantes lo saludaban y él devolvía el saludo con una sonrisa. Algunos hacían una reverencia pero les dijo que no había necesidad de que la hicieran.

Entro en el bosque que estaba allí y se recostó en el césped, el cual increíblemente estaba suave y empezó a frotarse en él disfrutando de su suavidad.

Nunca pensó pisar el Santuario, era un sueño que se había vuelto realidad. Y si bien lo pensaba, si se iba a convertir en la luna de la manada podía hacer que su pueblo tuviera mejores cosas, mas comida, mas protección, muchas cosas.

Al menos así no dejaré de sentirme tan culpable por lo que paso hace años —pensó mientras se quedaba sentado observando el atardecer.

Sintió como el viento chocaba con su rostro de una manera suave, el viento movía ligeramente sus púas. Mantenía cerrados sus ojos disfrutando del viento.

Un sonido llamó su atención, Fire comenzó a volar dándole a entender que ya debía volver a la mansión para la cena.

—Guíame Fire —dijo mientras se levantaba comenzando a caminar siguiendo al Fénix.

Minutos después ya estaba en la entrada de la mansión donde observó a su hermana. Suspiró con enojo, no creía verla adentro.

Caminó dirigiéndose a su habitación con Fire encima de su hombro izquierdo, trató de ignorarla pero fue en vano.

—Hermano.

—¿Qué pasa Sonia? —preguntó cortésmente.

—Solo quería saludarte, ¿es malo? —trato de acercar su mano para tocarlo pero Fire soltó un chillido al mismo tiempo que abría sus alas en señal de advertencia de que si lo tocaba le iría mal.

Sonia alejó su mano antes de que le prendieran fuego.

—Yo creo que no Sonia, si me disculpas me tengo que ir —pasó a su lado recibiendo otro chillido por parte del ave.

Sonia suspiró, no creía lo que iba a hacer.

Sonic al llegar a su habitación dejo a Fire en su rama, le acarició su cabeza con suavidad.

—Gracias por lo de abajo, realmente no quería hablar con ella y menos en este día.

Dejo de acariciarlo y se dirigió a un espejo que estaba la habitación y se observó por un momento.

—¿Me veo bien? —preguntó mirando a Fire el cual se estaba acicalando.

Esté lo observó e hizo una mueca algo rara.

—Gracias por tu opinión —dijo con sarcasmo.

Escuchó que tocaron la puerta y dio el pase.

—¡Amigo mío y querido del alma! —dijo el albino entrando a su habitación.

—¡Silver! —lo abrazó sintiendo una caricia en su cabeza.

—Dígame joven, ¿ya está listo para la cena? —preguntó con burla.

—Algo, estoy nervioso.

—Vamos, todo saldrá bien.

—Eso espero.

—Anda, hay que ir abajo.

Ambos sonrieron y Fire voló hacia ellos para colocarse en el hombro del cobalto. Después de todo, ambos creían que sería una cena normal y tranquila.

El secreto de mi dragón ||Shadonic||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora