Capítulo 30. [FINAL]

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Al día siguiente, Black había llevado a Nyoko con el doctor para cerciorarse de que su pareja estuviera limpia y sana y agradeció de que su pareja estuviera bien.

Nyoko le había cumplido su petición a Silver y había logrado conseguir que pudiese ver a su madre una vez más.

El albino iba acompañado de su pareja ya que no quería estar solo cuando llegara ese momento, Nyoko le dijo que en el lago oculto de aguas cristalinas cyan estaría su madre esperándolo.

Cuando llegó pudo ver a una eriza albina con un vestido blanco, esta estaba de espaldas sentada en la orilla del lago.

La tenía enfrente, solamente unos pasos mas. Anhelaba abrazarla, sentir su calidez, sentir el amor maternal al menos una vez.

Pudo haber sido criado por alguien más, pero sin duda, el amor que provenía de su madre era único.

Dio unos pasos y aquella eriza se levantó y volteo a ver al albino. Suspiró sorprendida mientras llevaba ambas manos a su boca y sus ojos se cristalizaban.

Silver se acercó un poco mas hasta estar en frente de su querida madre, su madre retiro sus manos de su boca y procedió a abrazar a su retoño algo ya grande.

Ante ese abrazo el albino correspondió con algo de fuerza mientras comenzaba a sollozar al igual que la eriza.

Mephiles observaba de lejos ya que sabía que era un momento único entre Silver y su madre, no quería molestarlos con su presencia. Se sentía conmovido, no sabría como sería su vida si él no tuviera a su madre.

Sin duda alguna Silver merecía eso y mas por haber evitado que envenenaran a la pareja de su hermano y de paso a su madre.

Ambos albinos juntaron sus frentes mientras lloraban, muchas veces había sido un sueño estar al lado de su madre y hoy, ese sueño se hacía realidad.

—No sabes cuanto deseaba que esto fuera realidad —habló entrecortado a causa de los sollozos.

—Siempre estoy contigo mi pequeño, cuidandote. Siempre te vi crecer orgullosa de todo lo que lograste hacer, me hubiera encantado mucho haber estado en persona para felicitarte —dijo como pudo acariciando las mejillas de su hijo.

—Hubiese hecho todo lo posible por evitar que ese mal nacido te asesinara —dijo con odio.

—Eras solo un bebé hijo, yo estoy en un lugar mejor, y recuerdalo; siempre estaré contigo aunque tú no puedas verme. Sé feliz y cumple todo lo que te propongas —mencionó dando una sonrisa.

Silver sabía que era tiempo de dejarla ir ya que no le dieron mucho tiempo para que pudieran hablar, por un lado no quería dejarla ir pero sabía que era necesario.

Volvió a abrazarla siendo correspondido, sintió un cálido beso en su frente, ante eso dio una sonrisa de felicidad. Sintió como su madre se desvanecía poco a poco hasta que ya no quedo nada.

Dio un suspiro mientras se limpiaba las lágrimas, observó por un momento el cielo mirando de reojo como Mephiles se posaba a su lado entrelazando sus manos.

—Te aseguro que ella permanecerá contigo en tu corazón —dijo de manera cálida.

El albino abrazó y se acurrucó en el afelpado pecho del azabache, este recargo su cabeza en la del albino mientras daba leves caricias en su espalda.

En otro lado.

Sonic estaba en la entrada de los calabozos, dispuesto a hablar con su hermana.

En la mañana les habían notificado que habían atrapado a Valentina y que la tenían encadenada, por sus malas decisiones y acciones sería trasladada a un calabozo protegido por un Tifomerang, el cual evitaría que la albina escapase de su nuevo hogar.

Al llegar a la celda en la que estaba su hermana se quedo quieto en espera de que se diera cuenta de su presencia, y en cuanto lo hizo le dejo en claro con su mirada que no haría esfuerzo por sacarla de ahí.

—¡Hermano tienes que ayudarme! —suplicó con ambas manos en cada barrote.

—Esto tú te lo buscaste Sonia, si no hubieses aceptado ayudar a Valentina probablemente no estarías metida en este embrollo —dijo con seriedad.

Sonia iba a reprochar pero se dio cuenta que el cobalto tenía razón, por lo que permaneció callada.

—Quiero que me respondas algo.

La eriza lo vio confundida.

—¿Por qué nos abandonaste a Manic y a mi en cuanto mamá murió? —preguntó sin rodeos.

Sonia pasó saliva, ya era hora de que su hermano supiera toda la verdad. Ya no tenía caso, se quedaría el resto de su vida en esa celda.

Dio un suspiro para comenzar a hablar.

—Yo... yo sabía que iban a asesinar a nuestra madre —ante eso el cobalto abrió sus ojos mas de lo normal — conocí a Valentina hace tiempo cuando bajó por primera vez al pueblo y me vio, dijo que podría subir al Santuario con ella siempre y cuando no tuviera madre que se preocupará por mi, ya que me dijo que no servía tener una madre que no se preocupara por ti y que te abandone cuando eres un bebé apenas. Le dije que era imposible porque nuestra madre estaba con vida, entonces me dijo que ella podía deshacerse de nuestra madre para que yo pudiera subir, no pensé bien las cosas y accedí...

El cobalto se impactaba cada vez que alguna frase salía de la boca de su hermana.

—Ella me dijo que unos dragones salvajes la atacarían en la noche cuando estuviera afuera, no creí que pasaría pero fue así. Cuando mamá fue asesinada Valentina pidió que me subieran al Santuario ya que era huérfana y no tenía quien me cuidara, me cegue por completo y me deje llevar por la riqueza que tenía en esos momentos —bajo su rostro al igual que sus orejas.

Sonic no podía creer lo que había escuchado, gracias a su hermana la persona mas importante para él ya no estaba.

Una ira surgió en su interior, quería golpear a su hermana por ser tan orgullosa y solamente pensar en ella. Pero no haría nada, haría lo correcto, haría justicia por su madre.

—Recibirás el castigo que mereces, no saldrás de aquí para nada del mundo, desde ahora permanecerás hasta el último de tus días en esa miseria de prisión.

Al terminar de hablar comenzó a caminar ignorando los llamados de su hermana, sin duda alguna estaba enojado y decepcionado.

Después de salir se transformó y voló hacia una colina alejada de la civilización, aterrizó en ella y se recostó. Vivió en una mentira.

Su hermana era la asesina de su madre. Nunca lo olvidaría.

Sintió que alguien se recostó encima de él, y por el aroma supo quien era. Ronroneó y dio un maullido necesitado, necesitaba que el azabache le diera mimos.

Shadow ante ese maullido comprendió, y comenzó a frotar su cabeza con la del cobalto a la vez que lamía su cabeza.

«Al parecer no tienes buenas noticias»

«Mi hermana debe pagar por todo lo que ha hecho» —dijo de manera triste.

«El castigo que creas que es necesario para ella se le será hecho»

«Gracias»

Estuvieron así por un rato mas, Shadow se colocó a un lado de su pareja y lo envolvió con una de sus alas atrayendolo mas a él. Reposó su cabeza encima de la del cobalto sintiendo su respiración pausada, dando a entender que se había quedado dormido.

Sonrió y lo lamió por última vez.

«Te amaré por la eternidad»

Dijo como último para quedar dormido junto a su pareja.

Se conocieron de la forma mas extraña posible, y siendo de esa forma fue que descubrieron que a pesar de las posición en la que estaban fueron capaces de amarse mutuamente.

La vida les tenía muchas sorpresas en el futuro. Pero de momento, disfrutarían del presente.

FĬŃ

El secreto de mi dragón ||Shadonic||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora