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Fue entonces cuando pude reaccionar y salí corriendo hacia mi habitación, entre a toda prisa y sin darme cuenta tropecé con el escritorio y tire mi muñeca de porcelana.

Cayó al suelo y su precioso rostro impacto rompiéndose en mil pequeños pedazos. Depronto dejo de escucharse ningún ruido alrededor.

Todo había quedado en completo silencio, solo estábamos yo y mi adorada muñeca rota. Trate de gritar de desesperación, pero el sonido se ahogo en mi garganta.

Me lance al suelo y presa de la enjaneación comencé a juntar obsesivamente todos los de la muñeca, cogí un bote de pegamento de un cajón y trate de recomponerla como pude, pero cada vez que intentaba unir varios pedazos, estos volvían a deshacerse en mis manos. Insistí una y otra vez, ella era mi única amiga y se me estaba escapando entre los dedos.

Acabé tan exhausta por la desesperación y el pánico, que finalmente me acurruquè, en la cama bajo más sábanas y me deje llevar, no me pare a pensar que el iba a volver, está vez yo estaba semiconsiente y sentía como si  todo fuese una pesadilla aunque aún mantenía el control sobre mi cuerpo.

Se acercó a mi cama y me agarró de las manos apretando, yo me sentía flotar en el aire. Unos largos hilos dorados salieron de sus dedos y se clavaron en mis muñecas, atravesando la piel hasta llegar a mi músculos, a los cuales se aferraron,  sentía como tomaba posesión de mi cuerpo como si fuese un títere sin vida. Lo cierto es que yo lo dejaba hacer.

Y tampoco sentía dolor, al contrario, sentía alivio, como si me liberarse de la pesada carga que había Sido mi existencia, era un sensación maravillosa, ya nada importaba.

De repente el tiro de mis músculos y nervios, y todo mi cuerpo reaccionó en movimientos sincronizados, el sabía cómo moverme. Entonces comenzó a tararear  una canción triste que hablaba sobre el mismo, se presentaba como el titiritero, persona solitaria a quien solo hacían compañía sus marionetas, sus únicos amigos.

Yo sentía que ahora era mi amigo también y que estaba allí para liberarme de mi sufrimiento, le di las gracias con una sonrisa.

Comenzó a aplastar los huesos de mi cuerpo a quebrar mis extremidades para hacerme más manejable. Podía sentir como retorcía mis costillas deshacía mis caderas hasta convertirme en lo que el quería, mis músculos desgarrados habían Sido sustituidos por cuerdas doradas y mis extremidades se agitaban en una danza macabra.

Lo último que sentí fue su calidad mano alrededor de mi cuello, tirando lentamente pero con firmeza y de repente un chasquido seco…

The puppeteer ©Jeon Jungkook ||Terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora