Capitulo XXII

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Narra Ryan:

Estaba caminando tranquilamente metido en mis pensamientos por el pasillo, cuando una rafagá de viento me pasó por un lado, un punto rojo corria frente a mi seguido de una mancha negra... Amette y Jace.

-¡Lo siento, Ryan!-escuché la voz de Amette al fondo

Reí entre dientes. Amó a mi hermana. Woah. Es la primera vez que lo digo tan a la ligera. Ya me estoy acostumbrando a esto.

-Hey Ryan-dijo una voz femenina

-¿Qué sucede, Ailynn?-pregunte sin verla a los ojos

-¿Comó estas?, Cuánto tiempo-musitó

-Docé años-murmure

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Narra Amette:

Después de que Jace me soltara y convencerlo de qué le daría el beso, salí corriendo al interior del edificio, sin haberle dado ni churró. Corrí por un pasillo, y pasé a un lado de mi hermano. Woah. La primera vez qué lo digo con tanta normalidad, genial, ya me estoy acostumbrando a estó.

Sentí la mirada de Ryan clavada en nuestras espaldas, entonces me gire un momento y le grite...

-¡Lo siento, Ryan!-y me devolví antes de estamparme contra la pared para seguir corriendo

Escuche como se reia antes de dar la vuelta hacia otro pasillo. Gire la cabeza y ví qué Jace me pisaba los talones. Le sonrreí inocenteme y le saqué la lengua...

-¡Vuelve aquí, Millar!-me gritó

-¡Atrapamé!-grite y volvi a pegar carrera

-¡Me debes un beso!-volvio a gritar

-¿Lo quieres?-pregunte jugetona-¡Ven por el!-entre a una habitación y cerre la puerta con seguro detrás de mi

Mie atenta tofo aquello. Era una habitación oscura. Busqué a tientas un botón para encender la luz, cuando lo presione, una tenue luz iluminó todo el cuarto. Una pequeña cama estaba en una esquina, todo era de colores palidos, nada voluminoso. Todos esos muebles paresían desgastados, como si no hubieran entrado aquí desde hace decadas, el polvo cubria toda superficie descubierta y habia miles de retratos colgados en las paredes.

Camine al interior del cuarto y escuché pasitos detras de mi. Un escalofrio recorrio mi espalda, ya habia comenzado a asustarme. Los pasitos siguierón hasta correr dentro del armario y cerrar la puertesilla de un golpe...

-¿Hola?-titubee, me sentía en una pelicula de horror

Ningun sonido.

-¿Quien anda ahí?-insistí

Ni un ruido.

-¿Hola?-alcé un poco la voz y abrí la puertilla de golpe

Unos monitos salierón corriendo y se brincarón a la cama. Reian y brincaban sobre ella, mientras me miraban diverditos... Llamen a un loquero, creo que me falta un tornillo.

-Hola, hola-dijo uno de ellos

-¿Quien eres tú?-preguntó el otro

-La pregunta es, ¿Quienes son ustedes?-okey, habló con muñecos, llevenmé ya

-El es IO-dijo el rosado señalando al azul

-Y ella es IA-dijo el azul señalando al rosado

(IO & IA en multimedia) Definitivamente, nada podia ser más raro que hablar con unos muñecos. Y qué ellos te respondan no da muy buenas señales de estado mental.

-Niña rara, ¿Qué haces tu aquí?-preguntó IO

-Mi nombre es Amette-ignoré su pregunta

-¿A-amette... Millar?-balbuceo IA

-¿Si?-pregunte/respondí extrañada

-Has...crecido-musitó IO

-¿Nos...conocemos?-balbucee

-Nos conocemos desde qué tu hermano y tú nacierón-abrí los ojos en sorpresa

Me enamoré de un vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora